La madrugada de este sábado, la Policía Civil de la ciudad brasileña de Sao Paulo irrumpió en una discoteca del barrio Capao Redondo en la que se encontraban cerca de 600 jóvenes en una fiesta clandestina, informan medios locales.
Tras recibir un reporte anónimo, las autoridades paulistas se dirigieron al local, ubicado en el sur de la ciudad, para poner fin a la celebración, en la que participaban 578 jóvenes, la mayoría de ellos sin cubrebocas. El evento a todas luces contravenía las medidas sanitarias adoptadas por el Gobierno local para contener el coronavirus.
«El lugar estaba completamente cerrado, sin puertas ni ventanas. Es como si no hubiera un mañana, se sentía como otro mundo», señaló Eduardo Botero, delegado del Grupo Armado para la Represión de Robos. Si bien el foco de la acción policial fue más de salud pública que criminal, durante el operativo fueron incautadas 31 bolsas de cocaína, 27 frascos de lanzaperfume (una droga a base de éter, cloroformo y cloruro de etilo popular en centros nocturnos) y una réplica de arma de fuego.
El organizador del evento fue arrestado y trasladado para comparecer en la unidad del Departamento de Policía de Protección a la Ciudadanía. El detenido enfrentará cargos por delitos contra la salud pública y por no respetar las leyes de vigilancia sanitaria
Hasta el momento, en Brasil se han registrado más de 11,4 millones de casos positivos de covid-19 y el número de fallecimientos ya supera los 270.000, lo que lo convierte en el segundo país más afectado por la pandemia después de EE.UU.