Un equipo internacional de astrónomos ha desarrollado un nuevo método que hace posible obtener imágenes directas de planetas que podrían ser habitables en sistemas estelares vecinos, según un comunicado de la Universidad de Arizona, uno de los participantes del proyecto.
El método consiste en usar el sistema que han desarrollado para la obtención de imágenes de exoplanetas en el infrarrojo medio, en combinación con un tiempo de observación extremadamente largo. Los autores del estudio informan que este método permite usar telescopios terrestres para captar directamente imágenes de planetas de un tamaño aproximadamente tres veces superior al del nuestro dentro de las zonas habitables de estrellas vecinas a la Tierra.
«Si queremos encontrar planetas con condiciones adecuadas para la vida, tal como las conocemos, tendremos que buscar planetas rocosos del tamaño aproximado de la Tierra, dentro de las zonas habitables alrededor de estrellas más viejas similares al Sol», explicó el principal autor del artículo, Kevin Wagner, un becario del programa Hubble de la NASA que trabaja en el Observatorio Steward de la Universidad de Arizona.
Así, el equipo ya usó el Very Large Telescope (VLT, Telescopio Muy Grande) en Chile para detectar un exoplaneta potencialmente habitable apodado ‘C1’ en el sistema de estrellas triple Alfa Centauri, situado a 4,4 años luz de la Tierra. Los científicos sugieren que el C1 podría ser un planeta de un tamaño entre el de Neptuno y Saturno y que su distancia hasta Alfa Centauri A es similar a la distancia que separa a la Tierra y el Sol.
El equipo publicó en YouTube un video sobre esta investigación titulado ‘Imaging Habitable-Zone Exoplanets Around Alpha Centauri’, que se puede traducir como ‘crear imágenes de exoplanetas en la zona habitable alrededor de Alfa Centauri’.
Alfa Centauri consta de dos estrellas (llamadas Alfa Centauri A y B), que son similares al Sol en tamaño y edad y se orbitan entre sí como un sistema binario. Una tercera estrella, Alfa Centauri C, más conocida como Proxima Centauri, es una enana roja mucho más pequeña y orbita alrededor de las otras dos a gran distancia.
Los investigadores emplearon en su trabajo lo que llamaron ‘espejo telescópico secundario adaptativo’, un instrumento que puede corregir la distorsión que ejerce sobre la luz la atmósfera de la Tierra. Además, se utilizó una máscara de bloqueo de la luz de las estrellas llamada coronógrafo, optimizada para bloquear la luz de una de las estrellas a la vez. Finalmente, el equipo desarrolló una técnica completamente nueva que permite observar simultáneamente las zonas potencialmente habitables de ambas estrellas alternando entre Alfa Centauri A y Alfa Centauri B muy rápidamente, cada décima de segundo.
Según Wagner, el método descrito en el artículo, publicado el 10 de febrero en la revista Nature Communications, proporciona una mejora de más de diez veces sobre las capacidades existentes de observación, ya que las longitudes de onda infrarrojas de menos de 10 micrones que se han usado en otros estudios son inferiores al rango de longitudes de ondas donde esos planetas brillan más.
Sin embargo, los autores del estudio afirman que, hasta que no se lleve a cabo una verificación, todavía no se puede descartar la posibilidad de que lo que creen que es el C1 sea en realidad algo ‘generado’ por el propio instrumento de observación.