A Guardiola le gusta atacar y quizá por eso admire que alguien como Bielsa replique con una idea parecida, por mucho que el Leeds sea inferior al City. No dio esa sensación en Elland Road, crecido en su regreso a la Premier después de tantos años, dispuesto a sorprender (1-1). El empate complica las cosas a Pep, que dejó a Eric Garcia fuera de la lista, cada vez más cerca del Camp Nou. Debutó Rúben Dias, insuficiente ante la duda permanente que suscita el City tras un arranque flojo e irregular en liga.
De entrada se vio a un Leeds confundido, reñido consigo mismo, sin tener claro qué hacer. Salió a la cancha desdibujado ante un City que casi siempre encontró espacio a la espalda de Klich. Saltó la presión del cuadro de Bielsa con facilidad, con De Bruyne como pegamento en cada transición. El belga da sentido al juego, formidable a la carrera y en estático, ingenioso en un libre lejano que se fue a la madera. Fue la antesala a un 0-1 que se adivinó desde un buen principio.
El escenario favoreció al City y desnaturalizó a un Leeds que se hizo el harakiri, quizá por miedo a traicionar a Bielsa. Cooper primero y Dallas después pusieron una tirita a un equipo al que le costó mostrar la imagen que dio en Anfield. Errático y sin demasiados recursos, menos aún tras el tanto de Sterling, que amagó y recortó en el área antes de batir a Meslier. El 0-1 dejó grogui al Leeds, incómodo frente al dictado de un City disciplinado hasta entonces en Elland Road.
Aunque al cuadro de Guardiola le cuesta sentenciar, permisivo ante un rival que se quitó el corsé. Ederson achicó un remate de Dallas y otro de Ayling tras un error de bulto de Mendy, el único que cometió el francés, excelente en el partido. El meta brasileño, sin embargo, quedó marcado por un mal rechace tras un saque de esquina que permitió el empate de Rodrigo nada más ingresar a la cancha. El 1-1 hizo que aparecieran algunos fantasmas en el City.