La fase conocida como Dryas Reciente, que duró entre hace 12.900 y 11.700 años y se caracterizó por unas temperaturas probablemente 15 °C más bajas que las actuales, fue provocada por la actividad volcánica, muestran los autores de un estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances.
Hasta ahora se consideraba más factible que las causas de ese enfriamiento hubieran tenido un origen extraterrestre, y en particular se creía que se debió al impacto de un meteorito. No obstante, al reexaminar los sedimentos de una cueva de Texas (EE.UU.), científicos encabezados por Nan Sun, de la Universidad de Houston, determinaron que lo más probable es que correspondan a los rastros de erupciones volcánicas.
«Este trabajo muestra que la firma geoquímica asociada con el evento de enfriamiento no es única, sino que ocurrió cuatro veces entre hace 9.000 y 15.000 años. Por lo tanto, el activador de este evento de enfriamiento no vino del espacio. La evidencia geoquímica previa de un gran meteorito que hubiera explotado en la atmósfera refleja un período de grandes erupciones volcánicas», cita un comunicado de la Universidad Baylor (EE.UU.) a uno de los autores del estudio, Alan Brandon.
El aerosol expulsado por un volcán puede permanecer en la atmósfera durante varios años, reflejando una parte de la radiación solar. Eso es lo que ocurrió en la Tierra repetidamente durante el Dryas Reciente, siendo los más activos los volcanes del hemisferio norte, opinan los investigadores. Esa fase geológica, indican, tuvo repercusiones en cómo es el mundo de hoy.
«Ese período de enfriamiento rápido está asociado con la extinción de varias especies, incluidos los mamuts y los mastodontes, y coincide con la aparición de los primeros ocupantes humanos de la tradición clovis [una de las culturas arqueológicas más tempranas de Américas]», comunica otro miembro del equipo, Michael Waters.