Se llama Duangpetch Promtep, pero le dicen “Dom”. Este chico de 13 años forma parte del grupo de jugadores de fútbol juvenil que, junto a su entrenador, pasaron entre 15 y 17 días atrapados en una cueva de Tailandia. Cuando todo era incertidumbre, apareció una foto que mostraba a Dom sonriente, envuelto en una frazada, dando esperanzas de que podían salvarse. Y lo hicieron.
«No tenían ningún sentido del tiempo. Charlaban un poco para aliviar el estrés», dijo el padre del chico, Banphot Konkum, en una entrevista al medio tailandésKhaosod English. Es el primer relato en primera persona, contado a través de un padre, de uno de los protagonistas del hecho que mantuvo en vilo al mundo entero por dos semanas.
Los familiares ya pueden visitar a los niños que se están recuperando en una sala de aislamiento en un hospital provincial. Pero, para evitar infecciones, deben usar trajes de protección y permanecer a dos metros de distancia.
Dom es delantero y capitán de losWild Boars(Jabalíes Salvajes), el nombre del equipo que sorprendió a todos con su fortaleza. Según lo informado por la cadenaBBC, él estaba en la mira de varios clubes de fútbol profesionales. Sus allegados contaron que tiene capacidad para ser líder, además de un buen sentido del humor.
El 23 de junio, el equipo terminó su entrenamiento y los 12 chicos más el entrenador fueron hasta la cueva Tham Luang Nang Non. Habían planeado explorar el lugar sólo por una hora, así que Dom no llevaba muchossnacksen su mochila.
Pero el paseo se tornó peligroso cuando la lluvia cayó de repente y el agua comenzó a inundar la cueva. Todos corrieron más adentro, luchando por sacar el barro y las rocas de un agujero que el entrenador encontró: el objetivo era escapar por allí. Lo lograron y llegaron a un lugar seco.
Cuando buscaban un terreno más alto y seguro dentro de la cueva, los chicos tantearon con las manos contra las paredes de pasajes estrechos. Esas huellas de manos fueron las primeras señales de dónde se encontraban, qué habían hecho para escapar de la inundación y los peligros que enfrentarían los socorristas para salvarlos.
Ahí permanecieron más de dos semanas. Dom contó a sus padres que, dentro de la cueva, el entrenador Ekkapol “Ek” Chantawong (25) les dijo a todos que permanecieran inmóviles y que así conservaran su energía.
Cuando pudieron encontrarlos y pasar tiempo con ellos, los buzos rescatistas dieron tranquilidad a las familias al llevarles cartas de los chicos. «Estoy bien, sólo que el clima puede ser un poquito frío, pero no se preocupen», escribió Dom. «No olviden mi fiesta de cumpleaños», agregó.
Ese día tan especial fue el 3 de julio, que el chico lo pasó dentro de la cueva. «Feliz cumpleaños, Dom. Deseo que seas muy feliz. Ya casi salís. Estoy tan feliz», escribió esperanzada su madre, Pichaya Keawkemtong, en Facebook. Junto al mensaje, compartió varias fotos de su hijo en festejos anteriores.
La abuela del chico, Kum-aey Promtep, contó al medioKhaosod Englishque la familia va a prepararle una fiesta de cumpleaños sorpresa, con algunas «golosinas adicionales».
«Me siento aliviada», dijo la mujer sobre la recuperación de Dom. «Se está volviendo más fuerte. Había perdido de tres a cuatro kilos, pero ahora recuperó un kilo», continuó. Además, dio detalles sobre varios pedidos de su nieto: «Estuvo diciendo que quiere comer carne de cerdo asada y fideos. También me está pidiendo un nuevo celular, ya que dejó el anterior en la cueva».
Además, el papá de Dom dijo a la agencia AP que
los 13 rescatados se harán monjes en homenaje a Saman Kunan, un socorrista de la Armada tailandesa que murió cuando transportaba provisiones en un tramo inundado de la ruta de escape. Hacerse monje en un templo budista por breve tiempo es una forma de ganar méritos, de acuerdo con la tradición tailandesa. «Estamos planeando la fecha y lo haremos cuando todas las familias estén dispuestas», concluyó.