Las autoridades chinas ha ordenaron el domingo el cierre de carreteras y restricciones de movimiento en la ciudad de Wenzhou, la primera urbe que se encuentra fuera de la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia de coronavirus.
Los nueve millones de residentes de la ciudad solo tendrán permitido mandar a un miembro de su familia fuera de la ciudad por asuntos de necesidad una vez cada dos días, y todos han recibido la recomendación de quedarse en sus casas excepto para buscar tratamiento médico o cuestiones de similar urgencia, según ha hecho saber el gobierno local en un comunicado.
Al mismo tiempo, se ha dado a conocer que el Gobierno central ha decidido asignar a 1.400 nuevos militares a la ciudad de Wuhan, el lugar donde comenzó la epidemia, para ayudar a los médicos en el tratamiento de los enfermos.
El contingente desempeñará su labor en el nuevo hospital de Huoshenshan, levantado específicamente para atender a un millar de pacientes de la epidemia, según informa la agencia oficial de noticias china, Xinhua.
El número confirmado de muertos por la epidemia ascendió a 360, con 56 nuevas víctimas fatales registradas en la provincia de Hubei, informaron el lunes autoridades sanitarias chinas.
En la misma región también se registraron 2.103 nuevos casos confirmados de contaminación, añadieron las fuentes. De esta forma, el impacto del nuevo coronavirus ya superó el número de víctimas fatales causadas por la epidemia de SRAS en 2002-2003.
Especialistas señalan que el nuevo coronavirus surgió en diciembre en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, más específicamente en un mercado famoso por la comercialización de carnes exóticas. La propagación de la epidemia ya se tornó una emergencia internacional, ya que una veintena de países registraron casos de contaminación.
A raíz de esta epidemia, China se enfrenta a un creciente aislamiento sanitario, ya que numerosos países decidieron cerrar sus fronteras a ciudadanos chinos y empresas aéreas suspendieron sus vuelos desde y hacia ciudades del gigante asiático.
Tras una reunión en Ginebra, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró el jueves la epidemia “emergencia de salud pública de alcance internacional”, después de que el organismo fuera fuertemente criticado por no haber alertado antes de la gravedad de la situación. No obstante, dijo que “la OMS no recomienda y de hecho se opone a cualquier restricción” de viajes o comercio con China.
Aunque la gran mayoría de los casos está en China, una veintena de países han declarado casos, sobre todo de personas que llegan de China. Otros países decidieron vetar la entrada a su territorio de viajeros procedentes de China, como Vietnam, Mongolia, Singapur, Israel, así como Guatemala y El Salvador. Por su parte, países africanos destacaron personal sanitario en los aeropuertos y suspendieron visas de entradas chinas.