La llegada de Ibrahimovic le ha devuelto al Milán un espíritu ganador que ya tenía totalmente olvidado. Los rossoneri sumaron en Brescia (que no pudo contar con el sancionado Balotelli) su cuarto triunfo consecutivo entre Serie A y Copa italiana, sin jugar un partido excepcional, pero llevándose los tres puntos en el momento decisivo, justo como hacen los grandes.
Los de Corini, como les pasó varias veces en este curso ante los mejores del campeonato, aguantaron bien la presión ofensiva de los milanisti y supieron crear peligro a balón parado con el pequeño ‘maestro’ Tonali (Torregrossa cabeceó fuera un córner del joven mediocampista) y con los contragolpes. Ibra, no obstante, a cinco minutos del descanso desperdició increíblemente un centro raso de Theo, golpeando mal el balón desde el área chica y con toda la portería delante. Su expresión, tras el fallo, lo decía todo.
Antes del pitido final, a Castillejo, cada vez más intocable, le anularon un gol por fuera de juego y luego Theo Hernández protagonizó un ‘coast to coast’ impresionante que terminó con un tremendo zurdazo al larguero. El Milán tiene un partido más, pero marcha sexto y el regreso a Europa, que hace un mes parecía utópico, ya es un objetivo concreto: el ‘efecto Ibra’ suma y sigue.