Desde épocas remotas, el fútbol ha sido una fiesta entera en su máxima expresión, el verde de la cancha junto al sonido de una porra enardecida que grita al ritmo de gol es sin duda la naturaleza misma de la Liga MX.
Toda esa euforia y pasión inagotable se rinde al ganar una suspensión al estadio, sólo porque no podemos parar de hacer el famoso grito al saque del portero que hemos llevado a mundiales y demás copas del mundo.
El estadio Jalisco, recinto donde se inventará ese curioso grito de guerra en un reproche cínico al guardameta Oswaldo Ríos, quien, como portero de la cantera rojinegra, pasó a Chivas y declaró que, aunque estaba agradecido con Atlas por la oportunidad, él siempre había sido de Chivas, eso provocó el enojo de la afición de Atlas enfurecía cada que Ríos despejaba el balón.
Ahora, durante el partido de la Jornada 2 del Torneo Clausura 2020, mientras se disputaba el encuentro entre los Rojinegros y el Puebla, se dieron algunos gritos bajo la normalidad del saque de ambos porteros.
De manera tajante, la Comisión Disciplinaria de la Federación Mexicana de Fútbol informó a través de un comunicado que el Estadio Jalisco será vetado por seguir haciendo el tradicional grito de “¡Ehhhh, puto!” que de alguna manera une a la afición.
“La Comisión Disciplinaria informa que se ha determinado sancionar con un partido de veto al Estadio Jalisco para el encuentro Atlas vs Tijuana (Jornada 4, 31 de enero), del Torneo Clausura 2020; en seguimiento al protocolo definido para manifestaciones ofensivas, debido al comportamiento de los espectadores en la tribuna durante el encuentro de la Jornada 2 entre Atlas y Puebla”
En el comunicado, la Comisión detalla que el próximo juego del Atlas como local, ante los Xolos de Tijuana, deberá jugarse a puerta cerrada, como parte de la sanción a no detener el famoso grito de la afición.
Y así, de la manera más cruel para los jugadores, tendrán el encuentro sin gritos enardecidos, ni risas de los niños ni porras de sus aficionados y en resumen eso, vaya que es un castigo tanto para los profesionales del balón como para los aficionados.
Y aunque para una parte de la afición, esta sanción es exagerada, fue durante el partido entre los Zorros y la Franja, que el encuentro tuvo que detenerse en tres ocasiones debido a que los aficionados del Atlas realizaban el grito homofóbico cuando el guardameta poblano realizaba su despeje.
Alejandro Iraragorri, presidente de Grupo Orlegui y dueño del Atlas, declaró que acatarían cualquier decisión que tomara la FMF con respecto al caso.
Infobae México habló con Angelo Diep, embajador oficial de la comunidad LGBT en México, quien nos dijo: “De alguna manera una parte de la comunidad gay al escuchar esa palabra puede traerle malos recuerdos y siempre será incómodo, siempre habrá otras maneras de expresarse y canalizar toda esa energía que puede llenar un estadio, lamentablemente desde que ocupan la palabra “puto” para denigrar viene el problema, además hay muchos niños y ellos son esponjas que podrían hacer que las cosas no cambiaran en el futuro”
Angelo, desde hace 4 años es encargado de coordinar eventos y proyectos de la comunidad gay en Monterrey, Guadalajara, Cancún y la Ciudad de México, llevando un mensaje principalmente de salud y empatía con familias homoparentales.
Desencuentros entre México y la FIFA por el grito
Lo que surgió como una broma en el fútbol local ya se convirtió en un problema internacional para balompié mexicano. Y es que la afición nacional se ha rehusado a dejar de gritar “¡Ehhhh, puto!” cuando el portero rival despeja el balón.
Cuando el infame grito llegó a los partidos de la selección mexicana, la FIFA realizó un par de advertencias y luego pasó a una multa. El problema llegó hasta el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), donde se determinó que el grito es inadecuado pero no discriminatorio.
En 2017, camino al Mundial de Rusia 2018, el TAS perdonó a México las multas, pero la mancha en contra del “Tri” quedó indeleble y ahora cobra relevancia. De hecho, hay una campaña de la selección para detener el grito.