Rayados de Monterrey, de la mano de Antonio “Turco” Mohamed, venció al América en la serie de penales por 4-2 y se consagró campeón del Apertura 2019 de la Liga MX.
En los 90, los regiomontanos habían sufrido de más y, al borde de la derrota, supieron recuperarse en el segundo tiempo regular para forzar un empate global (3-3) que los llevó primero a la prórroga y después a la serie definitiva, donde tuvo el pulso más firme que las águilas.
Con esta consagración, Monterrey obtuvo su quinto título liguero (México 1986, Clausura 2003, Apertura 2009 y Apertura 2010) y evitó que América, todavía el más ganador, llegara a las 14 conquistas.
Para Mohamed, por su parte, significó su tercera Liga MX en México, siempre con equipos distintos. Primero lo hizo con Xolos de Tijuana en el Apertura 2012 y luego lo había hecho precisamente con el América (Apertura 2014).
Desde el manchón penal, los visitantes, que jugaron también ante una afición que copó el mítico Estadio Azteca y que se fue en su mayoría desilusionada, fueron certeros y no le dieron oportunidad de ser figura a Guillermo Ochoa.
Primero fue el holandés Vincent Janssen, uno de los grandes refuerzos para este semestre. También marcaron en la serie los argentinos Rogelio Funes Mori, Nicolás Sánchez (el capitán) y definió para consagrarse Leonel “Piri” Vangioni.
Marcelo Barovero, por su parte, colaboró con una gran actuación en los 120 minutos, con buenas atajadas y solidez en el arco, además de atajar el primer tiro en los penales: le impidió al chileno Nicolás Castillo anotar desde los once pasos.
En América, además de Castillo, falló el argentino Guido Rodríguez, que elevó su tiro muy por encima de la portería de Barovero. Anotaron Emanuel Aguilera y Giovani Dos Santos, pero su esfuerzo fue insuficiente ante el convencimiento de Rayados.
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El conjunto americanista cayó en la final por primera vez desde el Apetura 2016 y también lo hizo ante un equipo regiomontano en aquella vez: Tigres. Los de Miguel “Piojo” Herrera fallaron en su intento de sumar su segundo título en los últimos tres torneos.
América, además, mantuvo una racha negativa histórica en el fútbol mexicano: desde que a mediados de la década de los 90 del siglo pasado se instauraron los torneos cortos en el país, nunca el que ocupó la sexta posición en la fase regular pudo levantar el título.
El partido
Después de conseguir una ventaja mínima en la ida (2-1), los de Monterrey llegaron sumamente precavidos al Azteca y pudieron haber pagado muy cara su desconexión del juego durante los primeros 45 minutos.
Los azulcremas, en cambio, salieron con el empuje necesario para remontar la serie, y durante más de dos tercios del duelo de vuelta lo lograron. Primero se pusieron rápido por delante cuando el uruguayo Federico Viñas, la revelación de la Liguilla, marcó a los seis minutos el 1-0.
Con el estupor de verse en desventaja tan rápido, los Rayados se derrumbaron emocionalmente y América aumentó su ventaja. A los 41 minutos, después de la enésima distracción defensiva del equipo visitante, el paraguayo Richard Sánchez marcó el segundo tanto (41′).
Los locales ya acariciaban el título y eran muy superiores a Monterrey, que después de viajar y conseguir el tercer lugar en el Mundial de Clubes en Qatar la semana pasada, se notaron cansados y distraídos durante la mayor parte de la etapa regular.
Sin embargo, la grosera equivocación del defensor americanista Jorge Sánchez permitió que el colombiano Dorlan Pabón habilitara a Funes Mori para que éste apenas tuviera que empujar el balón al fondo de las redes (75′). Monterrey respiró y la final cambió radicalmente a partir de entonces.
Los dirigidos por Mohamed fueron a partir de entonces los dominadores del juego. El mismo Funes Mori y Janssen pudieron haber liquidado el partido antes, pero sus errores mantuvieron con vida a un América que, tan cerca de la victoria, no supo cómo reaccionar ante la adversidad.
La prórroga se disputó con entusiasmo, pero con poco fútbol. A pesar de ello, ambos tuvieron oportunidades para ganar el título antes de la serie de penales. Pero ambos estaban exhaustos y la claridad se ausentó del Azteca hasta la definición desde la pena máxima, donde Monterrey le sumó la quinta estrella a su escudo..