El domingo se confirmó la muerte del actor mexicano Sebastián Ferrat, quien había estado internado varios meses en el hospital. El deceso se confirmó por las publicaciones hechas por familiares y amigos del intérprete.
El actor, nacido en Mexicali el 17 de septiembre de 1979, pasó tres meses en estado grave y en un aparente coma por una afección cerebral.
Entre sus trabajos más reconocidos estuvo el villano Juan Antonio El Marcado en la tercera temporada de El señor de los cielos.
Ferrat se encontraba internado en un hospital de su natal Mexicali, Baja California, desde hace meses, sin que sus amigos hayan podido verlo, pues su familia prefirió mantener en total privacidad los detalles sobre la salud del actor.
La información que ha podido trascender indica que una bacteria lo atacó por haber comido carne de cerdo, lo que le ocasionó problemas cerebrales y cardiovasculares.
Su última publicación en Instagram es del 29 de noviembre de 2018 y se trata de una fotografía de la serie El Yankee.
“Y al fin cayó en mis manos un antagónico muy chingón… Muy pronto conocerán a #CaraSucia en #ElYankee una serie producida por #Argos para #Netflix Lo van a amar y odiar más, se los aseguro”, escribió para acompañar su publicación.
El post de Ferrat tiene varios comentarios relacionados con el misterio sobre su salud. “¿En dónde estás?”. “Anda desaparecido”, “Leí que está en coma desde hace seis meses”, “Espero sea mentira y esté bien de salud”, “¿Será que está grave?”, se lee en algunos de los mensajes.
Hasta el momento, no se ha hecho público dónde será velado el cuerpo del actor ni si tendrán acceso los medios de comunicación. Infobae México se comunicó con gente de la producción de El señor de los cielos, pero nadie quiso dar información al respecto.
Se espera que el 31 de diciembre a mediodía terminen los servicios funerarios de Sebastián Ferrat.
Qué es la cisticercosis
De acuerdo con los primeros informes, la enfermedad que contrajo el actor de El señor de los cielos fue la cisticercosis, una infección parasitaria en la que las larvas se adhieren a tejidos esenciales, incluyendo el cerebro.
Se genera por la Taenia solium, un gusano conocido comúnmente como tenia o solitaria, y cuyos huevos se transmiten a través del agua y los alimentos contaminados. El padecimiento infeccioso afecta generalmente a la población de 15 a 40 años de edad, y se esparce a través del torrente sanguíneo y se asienta en los músculos, ojos y cerebro, principalmente.
La enfermedad, que se encuentra entre las causas más severas de morbilidad y mortalidad en México, puede ocasionar parálisis parcial, pérdida del habla, infartos cerebrales e hidrocefalia. La larva puede formar quistes que provocan dolor de cabeza y crisis convulsiva, pero cuando se alojan en las regiones basales del cerebro causan inflamación, lo que obstruye la circulación de líquido cefalorraquídeo (mejor conocido como LCR, es un líquido que baña el encéfalo y la médula espinal) y genera hidrocefalia. La condición puede hacerse tan grave que los enfermos pueden requerir tratamiento quirúrgico de manera urgente.
En otros casos, la presencia abundante de larvas llega a ocasionar inmovilidad en la mitad del cuerpo o en piernas, y pérdida del habla. Además, cuando la inflamación del cerebro aumenta y se encuentra cerca de alguna arteria principal de este órgano, puede ocasionar un infarto cerebral por vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos que provoca cambios en sus paredes).
Cuando la larva se aloja en el cuerpo, tarda alrededor de 21 días en revelar sus primeros síntomas como dolores de cabeza constantes, mareos e inclusive crisis convulsivas. La severidad del cuadro depende del número y tamaño de quistes detectados.
Su presencia en el cerebro solo se detecta a través de una tomografía y una resonancia magnética, que permiten identificar las lesiones y características del cisticerco. Su tratamiento incluye fármacos y en casos graves requiere cirugía para la extracción de los quistes.
A pesar de lo que popularmente se cree, la cisticercosis no se produce exclusivamente por comer carne de cerdo. De hecho, puede haber casos de infección en los que el paciente jamás ha consumido este alimento. De acuerdo con diversos especialistas, la enfermedad se contrae por vivir en malas condiciones higiénicas y en zonas rurales de países en desarrollo.
La enfermedad se contrae por la boca, cuando los alimentos que se ingieren contienen larvas. Estas se establecen en los intestinos de las personas, con la mala suerte de que al menos una de estas larvas tiene altas posibilidades de convertirse en una tenia de seis metros de longitud. El gusano produce huevos, que pasan por el ano del portador diariamente.
Si la persona que tiene la solitaria no se lava las manos tras acudir al baño y defecar, probablemente pasará la infección a otra persona a través del contacto humano o la preparación de alimentos. Un simple roce en el rostro podría bastar, pues los huevos, mucho más pequeños que las larvas, entran en la boca e incuban, para posteriormente hacerse camino hasta el cerebro.
Las tenias han desarrollado un mecanismo químico para evitar que el sistema inmunológico humano las pueda atacar una vez albergadas en el cerebro. Lo peor es que las personas pueden vivir con estos parásitos por décadas sin presentar síntomas de neurocisticercosis. Ante la falta de herramientas para que el cuerpo combata las larvas de manera natural, y debido a las terribles condiciones médicas que puede desencadenar, los médicos sugieren a la población mantener lavadas sus manos después de ir al baño y antes de ingerir o cocinar algún alimento.
Es fundamental educar a los menores de edad sobre la importancia de lavarse las manos a fin de prevenir infecciones. Hay que lavar y pelar las frutas y legumbres crudas antes de comerlas, y evitar comerlas en lugares que se consideren focos de infección. Cuando se vive o visita un país en desarrollo, se recomienda beber solamente agua embotellada o hervida, no tomar bebidas que se sirvan de alguna fuente o con cubos de hielo, y disolver pastillas de yodo en el agua filtrada.