“Me duele y a la vez le pido a Dios que le dé fuerza. Yo sueño que mi hija vive, que la veo con un niño, que me llama ‘mamá aquí estoy’. Sueño que está viva”.
Ella es Yolanda Ramírez, originaria de El Salvador. Desde hace 14 años busca a su hija Ana María Ramírez. Su rostro refleja un dolor que hierve, que lastima. El tiempo no ha atemperado el sentimiento ni la esperanza. Las lágrimas tampoco han cesado. En cada recuerdo de su hija siente como si algo se moviera dentro de ella, a veces es un espasmo fuerte, incontrolable; otras es un estremecimiento tibio, casi imperceptible.
Yolanda es una mujer de fe y ella cree, firmemente, que este año sí hallará a su hija. Sabe que este 2019 está a punto de terminar, pero su esperanza conmueve y contagia.
Yolanda Ramírez forma parte de la Caravana de Madres Centroamericanas de Migrantes Desaparecidos que llegó a San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas. Luego transitarán por Tabasco, Veracruz, Puebla, Oaxaca y la Ciudad de México.
Son 50 madres que buscan en todos los rincones, algún rastro de sus hijos. Son lugares de alta peligrosidad, por la presencia de la delincuencia organizada, pero no hay obstáculo ni temor que detenga su marcha.
Incansables, visitan cárceles, albergues y centros nocturnos. Recorren las plazas públicas, muestran las fotos de sus familiares desaparecidos y preguntan a los pobladores. Sólo necesitan una pista y buscan rastros hasta en las morgues. “Hijo escucha, tu madre está en la lucha, quiero que sepas que te busco”.
Las madres centroamericanas llevan fotografías como amuletos y portan en el cuello enormes imágenes de sus familiares desaparecidos. También instalan santuarios, encienden veladoras, cantan y elevan sus plegarias al cielo.
Las 50 mujeres provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua llegaron a México para reclamar justicia al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. A lo largo del penoso camino de búsqueda han estado acompañadas por organizaciones civiles locales e internacionales y también por el Movimiento de Migrantes Mesoamericano.
Es la decimoquinta edición de esta caravana, pero esta vez el tránsito y la búsqueda son más difíciles, por la brutal crisis migratoria que se vive en la frontera de México con Guatemala.
Rubén Figueroa, coordinador en el sureste del Movimiento de Migrantes Mesoamericano, reveló a la agencia EFE que el camino andado y la búsqueda no han sido inútiles. Sin embargo, los resultados son escasos, a lo largo de 15 años sólo han localizado a 310 desaparecidos:
Hemos logrado localizar más de 310 personas migrantes desaparecidas, algunos han culminado en reencuentro con su familia. Es poco, comparado con el gran número de personas desaparecidas, pero es mucho (en comparación) a lo que ha hecho el gobierno
El activista de derechos humanos denunció también que los migrantes centroamericanos siguen siendo víctimas de la violencia y el crimen. No sólo la delincuencia organizada se ha ensañado con quienes sueñan con llegar a Estados Unidos, funcionarios e instituciones han lastimado los derechos humanos de los centroamericanos en tránsito.
Siguen siendo perseguidos. Se les crean delitos. Esa persecución con los migrantes lejos de bajar la incidencia de violencia ha crecido últimamente, es por eso que las personas migrantes siguen desapareciendo
Triste leer la angustia de familiares buscando a sus seres queridos, en especial de una madre que su amor, lealtad y fidelidad por sus hijos atributos muy especiales. Pero tambien es mas duro la falta de solidaridad-cooperacion-compasion deGOBIERNOS