El Cruz Azul de la Liga mexicana de fútbol perdió este domingo por 3-1 ante Santos Laguna en la penúltima fecha de la fase regular del Apertura 2019 y sepultó sus chances de clasificar a la Liguilla por el título, por lo que en diciembre cumplirá 22 años sin un trofeo de este tipo en sus vitrinas.
La última vez que la máquina cementera consiguió coronarse como campeón de Liga en México fue en el torneo Invierno de 1997, cuando se impuso a León. Desde entonces, uno de los equipos más grandes, ganadores y populares del país acumuló fracasos y derrotas.
En las últimas dos décadas, además, Cruz Azul perdió seis finales ligueras, dos de ellas antes uno de sus clásicos rivales: el América, que lo derrotó en las definiciones de 2013 y de 2018.
Este domingo, la jornada se cerró en el estadio Corona, en el norte del país, donde el Cruz Azul sentenció su eliminación por adelantado al perder 3-1 ante el Santos.
Gerardo Arteaga marcó el 1-0 para los ‘Guerreros’ del Santos al minuto 32 con zurdazo dentro del área. Menos de dos minutos después, el uruguayo Brian Lozano definió el 2-0 con un toque cruzado ante el portero.
La escuadra celeste se acercó con el 2-1 al 57 con un cabezazo del chileno Igor Lichnovsky. Sin embargo, los ‘Guerreros’ aseguraron la victoria con el 3-1 sentenciado por el uruguayo Raúl Rivero al 87 con un remate a bocajarro.
Con este resultado, el Santos llegó a 36 puntos y aseguró el liderato a falta de una fecha por disputarse. Los cementeros, en cambio, se quedaron con 20 unidades ya sin opciones de avanzar a los playoffs.
“El balance no es bueno, tenemos más derrotas que victorias. Intentamos de revertir la situación e inculcar una idea de juego, pero nos encontramos con un montón de cosas adversas y nos tuvimos que tomar cierto tiempo, como el aspeto físico”, señaló el técnico cruzazulino, el uruguayo Robert Dante Siboldi.
“No hay que darle vueltas a esto, no perdimos hoy la posibilidad de clasificar, estamos conscientes de que si dejas ir puntos desde el inicio, lo pagas al final”, añadió el estratega sudamericano, que asumió en el cargo a principios de septiembre, tras el despido del portugués Pedro Caixinha por los malos resultados.