Una de las experiencias favoritas de los fans del terror son las casas embrujadas. En estos días de Halloween y Día de Muertos, cientos de locaciones comunes y corrientes se transforman en lugares terroríficos que buscan sacarle más de un susto a sus visitantes.
Ahora bien, estas casas pueden llegar a ciertos extremos, y es posible que no exista una en Estados Unidos que supere la experiencia que ofrece McKamey Manor.
McKamey Manor es un lugar tan radical en su concepto de la casa embrujada que sus críticos prefieren etiquetarla como una cámara de torturas. De hecho, ya circula una petición en Change.org con más de 80 mil firmas para que todas sus locaciones sean clausuradas.
Varios asistentes han demandado al fundador de esta casa, Russ McKamey, de someterlos a torturas como waterboarding, extracción de uñas o de inyectarles drogas, pero el señor McKamey se ha defendido en la corte gracias a los videos que graba de todas las experiencias.
Con esos videos inéditos les demuestra a sus “víctimas” que todo es entretenimiento y todo es falso, es solo que cayeron en su trampa hipnótica de “make-believe”.
No obstante, el recorrido es tan traumático que nadie ha logrado terminarlo. Es por tal motivo que el señor McKamey ahora se da el lujo de ofrecer un premio de 20 mil dólares a quien logre “sobrevivir” la experiencia de diez horas.
Originario de San Diego, California, Russ McKamey tuvo su primera casa embrujada en su propiedad, pero esta fue cerrada y ahora cuenta con dos ubicaciones, una en Summertown, Tennessee, y otra en Huntsville, Alabama.
El ingreso a McKamey Manor es gratuito (solo es necesario traer comida de perro para las mascotas del señor McKamey) pero sí hay que firmar un documento de 40 páginas que incluye todos los requisitos médicos y psicológicos que deben cumplir los participantes, así como los permisos otorgados al señor McKamey y sus actores.
Así dice una pequeña parte del infame waiver:
«Audio intenso, iluminación, baja visibilidad extrema, efectos estroboscópicos y de niebla, condiciones húmedas y húmedas, entornos especialmente exigentes, contacto cercano con criaturas (puede que te toquen), escenas de terror muy reales y gráficas».
Eso sí, si alguien se atreve a apuntarse ahora, tendrá que superar la primera prueba. Una lista de espera de más de 24 mil personas.
Gracias a un documental de Netflix, Haunters: The Art Of The Scare, McKamey Manor goza de una fama que, irónicamente, también ha contribuido a que se difunda la versión de que en realidad McKamey se dedica a la tortura física y psicológica de gente que se deja seducir.
Pero el señor McKamey le recuerda a sus detractores que él no hace absolutamente nada por seducir a nadie; al contrario, hace todo lo posible por disuadir a cualquier interesado, diciéndole una y otra vez, “en realidad no quieres hacer esto”.
Mira el trailer de su nuevo show, del cual McKamey presume que nadie ha logrado llegar si quiera al punto de partida oficial.