Un hombre de 68 años llamado Robert Chelsea, resultó con quemaduras en casi la mitad de su cuerpo y cara después de que un conductor ebrio lo atropelló cerca de Los Ángeles en 2013.
El sujeto perdió los labios, la oreja izquierda y gran parte de la nariz, dejando su cara desfigurada.
La condición de Chelsea lo convirtió en un excelente candidato para un trasplante de rostro.
No obstante, necesitaba un tono de piel similar a la suya y solo del 12 al 17 por ciento de los donantes de órganos son negros.
Tuvo que esperar seis años para encontrar una similar, incluso rechazó una cara de donante el año pasado por ser demasiado justa.
Finalmente, en julio pasado, los cirujanos del Hospital Brigham le dieron a Chelsea una nueva cara en una cirugía de 16 horas que requirió 45 enfermeras y médicos.