El régimen de Irán incautó este lunes un petrolero con bandera de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) al que acusó de contrabando de combustible, según reportó la agencia iraní Fars, en medio de una escalada de tensiones por el ataque a dos refinerías de Arabia Saudita por el cual Estados Unidos ha responsabilizado a Teherán.
El general de la Guardia Revolucionaria de irán, Ali Azmaei, indicó a la agencia que el buque emiratí transportaba 250.000 litros de diésel de contrabando cuando fue incautado frente a las costas de la provincia de Hormozgan y mientras atravesaba el Estrecho de Ormuz.
Además, sus 11 tripulantes fueron arrestados. No se ha reportado al momento el nombre del petrolero, aunque sí indicaron que estaba navegando con dirección a EAU.
La detención de la nave es el último de un serie de incidentes con buques de carga de combustible en el Golfo Pérsico, luego de que un petrolero iraní fuera a su vez incautado en Gibraltar, en el Mar Mediterráneo, y luego liberado.
Poco después Teherán detuvo al buque británico Stena Impero, y ha habido numerosos reportes de bloqueos a naves emiratíes, como el ocurrido este lunes.
Sobre el Stena Impero, el régimen iraní informó el domingo que será puesto en libertad «en los próximos días».
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Abas Musavi, dijo en su habitual rueda de prensa que «su proceso legal y judicial está casi finalizado» y que solo quedan «dos o tres pequeñas tareas burocráticas».
Musai explicó que ya se ha hecho «el seguimiento» de las violaciones cometidas por el «Stena Impero» y que el caso «ahora está cursando sus últimos procesos».
El petrolero británico, con 23 tripulantes a bordo, fue capturado el 19 de julio por la Guardia Revolucionaria iraní en el estrecho de Ormuz, cuando se dirigía desde EAU a Arabia Saudita.
Las autoridades iraníes acusaron al «Stena Impero» de violar las normas de navegación, algo que tanto Londres como su naviera negaron en su momento.
Además de esta «guerra de petroleros», las tensiones están en alza en la región luego de que dos refinerías de Arabia Saudita, rival regional de Irán, fueran atacadas con drones y misiles el sábado, causando grandes dañados y provocando un alza del 5% en el precio del petróleo.
Aunque las milicias hutíes en Yemen, que están en guerra con los sauditas, se adjudicaron el ataque, Estados Unidos ha culpado a Irán, que apoya a los rebeldes, por el mismo hecho, ya sea por proveer los proyectiles o incluso haberlos disparado.