Este lunes Michael Schumacher fue ingresado al Hospital Europeo Georges Pompidou, de París, Francia, según informó el sitio Le Parisien. Aún no hubo comunicado oficial del centro médico ni de la familia, pero una nueva filtración sorprendió a todos.
Una trabajadora del área de cardiología le aseguró al medio galo que el ex piloto de Fórmula 1 se encuentra consciente, aunque no brindó más detalles. «Sí, él está a mi servicio. Y te puedo asegurar que él está consciente».
La declaración es toda una novedad, ya que el estado de salud del alemán es realmente un misterio. Desde que sufrió el accidente esquiando el 29 de diciembre de 2013 que lo dejó en coma, su familia prohibió la comunicación de información sobre su situación, y desde entonces, poco se conoce sobre él. Hasta esta semana.
El portal galo informó que Schumacher, de 50 años, llegó el lunes en una ambulancia sobre las 15:40, hora local, al centro hospitalario parisino y entró en una camilla cubierto por una manta azul que tapaba completamente su rostro y su cuerpo, rodeado de una decena de personas que formaban parte del dispositivo de seguridad. Según el mismo medio, su internación está vinculada con un tratamiento con células madre.
Desde las filtraciones, en el primer piso del Edificio D, donde está internado el heptacampeón de Fórmula 1, se destaca la gran presencia de guardias de seguridad.
El 29 de diciembre del 2013, Schumacher estaba esquiando junto a su hijo en la estación alpina de Méribel, cuando golpeó su cabeza contra una roca. La consecuencia inmediata fue un traumatismo craneoencefálico severo, con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso. Un helicóptero lo llevó directamente a la clínica de Moutiers, para luego ser trasladado a un nuevo centro médico en Grenoble: «Ha necesitado inmediatamente una intervención de neurocirugía. Se encuentra en estado crítico», fue el primer parte médico oficial después de practicar una doble cirugía en la cabeza del corredor.
Un coma profundo mantuvo en vilo al mundo hasta junio del 2014, cuando Schumi fue derivado al hospital universitario de Lausana, Suiza. El alemán estuvo poco más de 250 días entre hospitales hasta que finalmente su esposa Corinna y su representante Sabine Kehm tomaron una medida extraordinaria para proteger al ex piloto.
El oriundo de Hürth fue trasladado a su hogar en Gland, Suiza. Una mansión a orillas del Lago Geneva que fue reconstruida para mantener con vida al múltiple campeón de mundo. Una fortaleza que privó a todas las personas ajenas a su círculo íntimo de saber qué ocurría con el ídolo.
Desde su llegada a la mansión de Suiza, el alemán recibe visitas de personas cercanas y avaladas por su mujer. Entre ellos estuvo su ex compañero en Ferrari Luca Badoer, el presidente de la FIA Jean Todt y el arzobispo Georg Ganswein, quien fue entrevistado por la revista Bunte y detalló: «Me senté frente a él, lo toqué con ambas manos y lo miré. Su cara, como todos sabemos, es la típica cara de Michael Schumacher; sólo se ha vuelto un poco más rellena».