La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) publicó este jueves una circular roja para capturar al exguerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Jesús Santrich, un mes y medio después de que la la Corte Suprema de Justicia de Colombia ordenó su aprehensión.
Santrich, cuyo nombre real es Seuxis Paucias Hernández Solarte, es un exguerrillero de 53 años nacido en Toluviejo, Sucre. Es requerido por la justicia colombiana por los delitos de concierto para delinquir agravado y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado.
Desde el 29 de junio de este año no se sabe nada del exjefe guerrillero, quien debía presentarse ante un juzgado el pasado 9 de julio.
Según una corte federal de EE.UU. con sede en Nueva York y la Fiscalía colombiana, Hernández Solarte habría coordinado envíos de cocaína hacia territorio estadounidense, razón por la cual, fue capturado en Bogotá en abril de 2018, para responder a una orden de extradición en su contra.
El caso causó revuelo debido a que el exguerrillero era una de las personas acogidas a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), por lo cual, se cuestionó si los aparatos de justicia convencionales tenían autoridad para capturarlo.
La Fiscalía colombiana defendió que sí podía hacerlo, debido a que los cargos imputados contra Hernández Solarte ocurrieron en 2016, luego de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC.
Luego de la controversia, el 15 de mayo de 2019 la JEP resolvió el caso y otorgó al exguerrillero la garantía de no extradición, debido a que no se pudo establecer con precisión la fecha en que ocurrieron los supuestos delitos que se le imputan.
En julio pasado, el presidente del partido colombiano Fuerza Alternativa del Común y exlíder de las FARC, Rodrigo Londoño ‘Timochenko’, señaló que sus excompañeros de armas, Hernández Solarte y Luciano Marín Arango, conocido como ‘Iván Márquez’, «se han hecho a un lado» del proceso de paz en Colombia, tras ausentarse de sus compromisos y desaparecer de la escena pública.
La desaparición de los dos exguerrilleros provocó tensiones entre Colombia y Venezuela, luego de que el presidente venezolano Nicolás Maduro, invitó a Santrich y Márquez a su país. Una bienvenida que fue calificada por el presidente colombiano Iván Duque, como «una burrada», lo cual aumentó las tensiones y la guerra de descalificaciones entre Caracas y Bogotá.
