Tras su segunda recaptura el 8 de enero de 2016 y una vez que fue confinado nuevamente en el penal del Altiplano en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, de donde se había fugado seis meses antes, Joaquín «El Chapo» Guzmán ya tenía un plan estructurado para protagonizar una tercera fuga a través de otro túnel.
Así lo declaró Eduardo Guerrero Durán, asesor penitenciario de Nuevo León, quien reveló a la agencia estatal mexicana que el segundo túnel encargada por el narcotraficante fue detectado en la periferia del penal federal del Altiplano.
«Una de las causas por las cuales movimos al ‘Chapo’ Guzmán del Altiplano, al penal de Ciudad Juárez, fue porque se encontraba otro túnel, …en la periferia del penal del Altiplano», señaló Guerrero Durán a Notimex.
Relató que antes de descubrir la construcción, las autoridades del Altiplano percibieron ruidos y patrones sospechosos en la conducta del Chapo detectados a través de las cámaras de vigilancia en su celda.
Entre estos patrones está el que continuamente iba al sanitario y en varias ocasiones jalaba la manija del excusado, ante esta conducta sospechosa realizaron estudios del suelo en la cárcel, que ayudó a detectar que ya existía una segunda excavación.
«Afortunadamente con el seguimiento que le veníamos dando (al recluso), no día por día, sino hora por hora, pues lo pudimos detectar, …y por eso se decide hacer el traslado de esta persona del penal de Almoloya al penal de Ciudad Juárez», agregó Guerrero.
Posteriormente fue extraditado a Estados Unidos, a pesar de las apelaciones de sus abogados en México.
La segunda fuga de Guzmán Loera de un penal de máxima seguridad en México fue justo a través de un túnel que conectaba con el baño de su celda y que tenía una sofisticada infraestructura diseñada para que el narcotraficante pudiera trasladarse en motocicleta desde su celda hasta la salida del túnel.
El tema del segundo túnel salió a la luz durante el llamado juicio del siglo, cuando Dámaso López Núñez, «El Licenciado», confesó en la Corte de Brooklyn ,durante el proceso a Guzmán Loera, que cuando «su compadre» volvió a ser detenido en enero de 2016, fue contactado por Emma Coronel, esposa del narcotraficante «para decirme que mi compadre se quería fugar otra vez, que si lo ayudaba de vuelta».
Guzmán Loera fue sentenciado el miércoles en Estados Unidos a cadena perpetua y 30 años adicionales de cárcel por 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero.
Aunque el juez del caso señaló que en 60 días se dará conocer la prisión en la que cumplirá su sentencia, el miércoles por la noche versiones del diario New York Postseñalaban que ya había sido trasladado en helicóptero a la la temida cárcel de ADX Florence, conocida como la «Alcatraz de las Montañas Rocosas» o «Super Max».
Con la sentencia a Guzmán Loera se cierra uno de los capítulos más sangrientos de la historia del narcotráfico en México, dominado por el Cártel de Sinaloa durante más de dos décadas a través de una red de corrupción que alcanzó a los distintos niveles del poder en México.
En el llamado juicio del siglo, se dieron a conocer algunos de los métodos de tortura que Guzmán Loera usaba para eliminar a sus rivales así cómo los métodos que usaba para traficar con droga y que constituyeron al evidencia para su sentencia.