El Secretario General del FMLN, Manuel “El Chino” Flores, volvió a alzar la voz este lunes durante su programa semanal, asegurando que cientos de compañeros se están reuniendo con entusiasmo en los territorios para fortalecer las estructuras del histórico partido de izquierda. Sin embargo, las imágenes compartidas por él mismo parecen contradecir sus declaraciones.
¿Quién dice que el Frente está muerto?, dice Flores mientras mostró un video, con reuniones de militantes sentados en sillas plásticas, donde la mayoría son personas de la tercera edad con no más de 10 o 15 asistentes, algunas con semblante más cercano a la resignación que al resurgir revolucionario.
“El Chino” pinta una revitalización partidaria: Un trabajo grande, un trabajo permanente, un trabajo fuerte; ese es el dinamismo. El entusiasmo de un partido en crecimiento, de un partido que escucha a su base, a su pueblo. Pero la puesta en escena no ayuda: planos cerrados que evidencian la falta de multitudes.
La afirmación de que cientos participan activamente en la reorganización del FMLN se da en un momento en que el partido atraviesa su etapa más débil desde los Acuerdos de Paz. Con cero diputados en la Asamblea Legislativa y dos en el PARLACEN, el FMLN lucha por mantener vigencia en un escenario donde su presencia territorial se diluye elección tras elección.
Si bien el FMLN conserva estructuras en algunos municipios y el respaldo de militantes históricos, su influencia política y electoral está en declive. El entusiasmo de su dirigencia parece chocar con la realidad de un partido que perdió conexión con las nuevas generaciones y que aún no logra redefinirse tras el colapso de su proyecto presidencial en 2019.
En política, las percepciones importan. Y aunque el cafecito y pancito sigan siendo símbolos de camaradería en las bases efemelenistas, la pregunta sigue flotando: ¿realmente están reagrupando fuerzas, o simplemente negándose a aceptar que el Frente que una vez gobernó El Salvador, hoy apenas sobrevive?