El próximo gobierno de El Salvador

Por Fredis Pereira

Tenemos más de ocho meses de bombardeos de una campaña sin tregua. Después de muchos días de tanto ruido mediático; abunda la campaña sucia de rumores, los seguidores peleándose en las redes sociales, las reuniones públicas que luego se editan en vídeos y fotografía para engañar, muy pocas propuestas claras que muestren viabilidad de ser solución a los problemas más apremiantes, muy poco conocimiento de quién será el próximo presidente, muy poco saber sobre que será del próximo gobierno de El Salvador.

Algunos afirman que tienen seguro por quién votarán. Parece que la campaña hizo su efecto, pues ya han decidido entregar la conducción del órgano ejecutivo para el próximo periodo presidencial. Al preguntarles, por quién votarás, responden un nombre de un candidato o de un partido; pero poco saben sobre quién es en realidad esa persona.

Estos decisores no tienen información sobre los antecedentes del candidato, su formación profesional, sus logros y fracasos, sus creencias, los valores e intereses que representa; saben poco o nada. En realidad, han decidido votar por un desconocido, por una caja de muchas sorpresas, que luego pueden lamentar demasiado tarde. Los medios de comunicación poco contribuyen a descubrir que hay en estas cajas de sorpresas, poco cuestionan a los candidatos, hay poco periodismo investigativo; y algunas personas han montado sitios web con apariencia de medios de comunicación, aunque en realidad son apéndices de partidos, centros de difusión de rumores.

También los candidatos, que tienen mucho que ocultar, reaccionan con ultrajes a los periodistas que les cuestionan o simplemente huyen a las entrevistas de profundidad o al debate público. En estas circunstancias hay personas que ya decidieron el voto.

Tomar decisión de votar sin informarse es una práctica irresponsable muy común. Algunas personas carecen de la educación suficiente para desentrañar esta maraña de rumores y distinguir el engaño; así votan como le sugiere un líder de opinión de su preferencia.

También hay quienes, teniendo habilidad suficiente para estudiar las alternativas, no tienen el interés de informarse y evaluar, porque sigue el sentido común, es decir, algo misterioso que no saben explicar; pues sucede que dos personas siguiendo el sentido común terminan decidiendo en sentido opuesto.

Al preguntarles porque votará por tal candidato, responde con expresiones vagas como porque es el mejor candidato; pero no saben demostrar que tiene ese candidato que le haga ser el mejor. Otros para evitarse la molestia de pensar dicen “ya probamos este o tal partido, ahora le daremos la oportunidad a otro”; se les olvida que todos los candidatos presidenciales son nuevos, así terminan siguiendo el dicho: para dónde vas Vicente, para donde va toda la gente. Una persona responsable no dará su vehículo a un desconocido, ni las llaves de su casa o clave de su tarjeta de crédito, aunque todos los demás lo hagan, así una persona responsable no entregará el gobierno a un desconocido.

Ahora bien, conocer la persona o partido por quién votarás es importante, pero singular importancia tiene conocer las propuestas o la plataforma política de los candidatos. Esta es una mirada del presente hacia el futuro.

No debemos ser ingenuos creyendo que toda promesa de campaña la cumplirá un gobernante; lo que hay rescatar del debate de propuestas, es descubrir sí el candidato tiene conocimientos sobre los problemas que requieren atención prioritaria y sí sabe cómo enfrentarlos. Esto nos obliga a escuchar con atención y paciencia, observar cómo se desenvuelven los candidatos en los debates; recuerde que con su voto entregará el poder sobre el gasto de la riqueza que nos pertenece a todos los salvadoreños, riqueza que nos cuesta mucho trabajo; le entregará poder para tomar decisiones bajo diversas presiones, un candidato que no soporta las presiones de un debate, que cede a las presiones para luego decir que no le dejaron otra alternativa, le falta carácter para gobernar un país.

Las sociedades de los países desarrollados prefieren votar por los candidatos de carácter consistente, que se mantiene firme en sus propuestas; estas sociedades saben casi siempre desechar aquellos candidatos que cambia de rumbo político repentinamente, que no tiene consistencia en sus propuestas y en su comportamiento. Así como no le entregará su carro a una persona que conduce sin rumbo, tampoco se debe votar por quién no descubre el rumbo que tendrá su eventual gobierno.

También es importante recordar que un gobierno es un equipo estructurado de conducción dentro del Estado. Un gobierno no es una persona, no es solo el presidente, aunque tradicionalmente se atribuyan los méritos de los logros o la responsabilidad de los fracasos al presidente.

Así que para decidir por quién votar para gobernante, se debe exigir conocer el equipo que acompañará al futuro presidente. Decidir el equipo de gobierno es una decisión fundamental de un presidente; los candidatos a veces evitan descubrir su equipo por temor a perder apoyo de los votantes, pues tienen compromisos con los poderes facticos, que le han impuesto integrar en su gobierno a personas que no gozan de la confianza de los electores, así que, una vez electo presidente, dan sorpresas desagradables integrando su equipo de gobierno con personas de oscura reputación; demasiado tarde para que los votantes lo eviten.

El votante que llora sobre la leche derramada pierde su tiempo, lo que debe exigir es conocer el equipo de gobierno antes de votar, pues esto reduce las sorpresas del próximo gobierno y muestra luz sobre como tomará decisiones el próximo presidente.

La tarea del próximo gobierno de El Salvador, no será la de quejarse de los errores de su antecesor, ni la de criticar a los diputados, sino solucionar los problemas de mayor prioridad; para eso debe tener carácter, preparación suficiente, capacidad de diálogo, contar con propuestas viables y un equipo de gobierno honesto e idóneo. Ser gobierno no es tarea que cualquier gritón pueda desempeñar.