Medios locales han detallado que el olor a putrefacción se mezclaba con la humedad del clima la tarde del jueves 13 de junio en los alrededores de la morgue de Guayaquil, Ecuador.
Eran más de 200 cuerpos en descomposición que los funcionarios de Medicina Legal retiraron el miércoles de un contenedor colapsado y que han distribuido en un depósito refrigerado recién reparado.
Estos días la institución presentaba un cuadro de espanto: cuerpos desmembrados, sangre y un hedor penetrante en todas las instalaciones.
El caos se ha producido por la gran cantidad de autopsias que tienen que realizar con solo cuatro médicos forenses, ante la alta demanda por la violencia de la ciudad más violenta de todo Ecuador, obligándolos a dedicarle únicamente 30 minutos a cada cadáver, cuando lo ideal sería entre cuatro y seis horas. Esto deriva en que se pierdan pruebas y se extravíen identidades.
El servicio nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses inició la tarde del miércoles el traslado de al menos 100 cadáveres al contenedor recién reparado, todos apilados en bolsas plásticas negras, algunas rotas que dejaban ver la putrefacción de los cuerpos.
Según la institución, ante el incremento desmedido de la violencia criminal en la ciudad, el número de cuerpos sin identificar ha aumentado y están sin ser retirados por algún familiar; la mayoría son indigentes o personas vinculadas a las bandas criminales que mantienen en zozobra el territorio.