Un total de 2,000 reos fueron traslados hacia el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en un operativo realizado por las autoridades del Gabinete de Seguridad, según confirmó el presidente de la República, Nayib Bukele, este miércoles por la tarde.
Esto, señaló el mandatario, representa el segundo traslado de privados de libertad hacia la megacárcel construida para recluir a los miembros más peligrosos de las estructuras delincuenciales en El Salvador y que han sido detenidos en el marco del régimen de excepción aún vigente en todo el país.
“Este día, en un nuevo operativo, trasladamos al segundo grupo de 2,000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Con esto, ya son 4,000 pandilleros los que habitan la cárcel más criticada del mundo”, publicó Bukele.
Cabe recordar que el centro fue presentado el pasado martes 31 de enero de este año en una Cadena Nacional en la que el Presidente de la República, Nayib Bukele, junto a funcionarios de su gobierno, hicieron un recorrido en el que se apreciaron las instalaciones de dicho lugar.
Con una extensión de 236 manzanas, de las cuales 33 han sido utilizadas para la construcción de la infraestructura, este centro cumple con las medidas de seguridad para mantener en encierro a los más de 40,000 pandilleros que albergará.
El centro cuenta con siete anillos de seguridad más la presencia de 600 efectivos de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES), 200 de la Policía Nacional Civil (PNC) y 50 policías del Grupo de Intervención Penitenciaria para asegurar las instalaciones. Al interior, cuenta con cuatro anillos más para mayor garantía.
Además, tiene pabellones para confinamiento de reos, casa para perros guardianes, edificio de custodios, control de acceso con escáner de cuerpo completo, escáner paquetero y arco metálico, todo ello para garantizar la seguridad de la población salvadoreña.
En entrevistas ante medios internacionales, las autoridades del Gabinete de Seguridad han señalado que el CECOT fue construido en siete meses y que la rigurosidad del sistema carcelario de esa prisión fue pensada para mantener controlados a criminales de alta peligrosidad, entre estos, cabecillas de pandillas, palabreros, jefes locales de clicas o de cualquier otra estructura terrorista.