Santo Tomás, un municipio al sur de San Salvador, se declaró de luto ante la muerte de los siete miembros de la familia Melara Salamanca, que fueron víctimas de un deslave ocurrido por las tormentas que azotan el país durante la última semana.
El alcalde Efraín Cañas y su concejo municipal, declaró luto para todo el municipio, y dijo que se harán cargo de los actos fúnebres.
Los cuerpos fueron recuperados el sábado por rescatistas del Sistema Nacional de Protección Civil, Bomberos, Comandos de Salvamento, Cruz Roja Salvadoreña y Cruz Verde, y PNC, tras 54 horas de angustiosa búsqueda que pese a los esfuerzos, tuvo un desenlace fatal al encontrar a los miembros de la familia sin vida.
La familia estaba compuesta por los esposos Francisco Javier Melara y María Isabel Salamanca, y los hijos Javier, de 23 años; Nahúm y Josué (gemelos) de 18; karla, de 25; y Jennifer, de 22. La vivienda se ubicaba en el cantón El Ciprés, sobre el kilómetro 8 de la carretera antigua a Zacatecoluca.
El perro policial Furst, entrenado en detección de restos humanos fue clave para dar con el sitio exacto de los cuerpos.
Santo Tomás es un municipio vulnerable en un 92% dijo Cañas, debido a la topografía.
El hecho ocurrió el pasado miércoles 3 de junio, a las 5:30 de la mañana, cuando un alud arrastró tres viviendas en medio de la tormenta tropical Amanda.
El ministro de Defensa, René Merino Monroy, dijo que por la manera en que habían encontrado a la familia Melara Salamanca podrían haber fallecido «minutos después que sucedió el deslave».