La Sala de lo Constitucional declaró esta tarde improcedentes las demandas contra las candidaturas a reelección de los alcaldes Ernesto Muyshondt por San Salvador, y Roberto d’Aubuisson por Santa Tecla, presentadas por el ministro de Trabajo, Rolando Castro.
Según la resolución de la Sala, firmada por los magistrados Carlos Sánchez, Aldo Cáder, Carlos Avilés y la suplente Sonia Castro de Madriz, la demanda no procede debido a que «la moralidad notoria» que Castro alega que carecen los candidatos, no es un requisito exigido para los concejos municipales, sino únicamente para otros aspirantes como a diputados.
Castro presentó una demanda contra ambos aspirantes a la reelección alegando que ambos no cumplen con el requisito de “moralidad e instrucción notaria” previsto en el artículo 126 de la Constitución.
En la demanda, Castro planteó que Muyshondt García Prieto está siendo procesado por los delitos de fraude electoral y agrupaciones ilícitas en el Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador, así como por el delito de apropiación o retención de cuotas laborales en el Juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador.
La Sala señaló que el ministro de Trabajo incurrió en una errónea determinación del parámetro de control constitucional: «el actor omite justificar la aplicación de un requisito previsto para un tipo específico de funcionario de elección popular a otro, sin aducir razones que permitan llegar a tal conclusión», dice la sentencia.
La sentencia advierte que el requisito de moralidad notoria no es exigido a los candidatos a concejos municipales.
«Se advierte que exigir a un candidato a un concejo municipal el cumplimiento de un requisito que es exigible de otro cargo de elección popular (ej. diputado de la Asamblea Legislativa, arts. 80 y 126 Cn.) es contrario al consenso alcanzado por el constituyente, el cual delegó en el legislador la determinación final de los requisitos para optar a tal cargo de representación municipal y que obliga a las autoridades electorales encargadas de aplicar la ley electoral a verificar el cumplimento de las exigencias previstas tanto por la Constitución como por la ley, según corresponda», señala la Sala.
Similar ocurre con el caso de d’Aubuisson, en el cual Castro alega que el alcalde tecleño carece de moralidad notoria ya que el edil no ha cumplido órdenes judiciales que lo obligan a restituir en sus puestos de trabajo a trabajadores despedidos, y por estar siendo procesado penalmente en el juzgado Segundo de Instrucción por actos arbitrarios.
Al igual que el caso de Muyshondt, la Sala recuerda que «el parámetro de control sugerido por el demandante no impone el requisito de moralidad notoria y la tesis principal del actor se centra en la aplicación de las disposiciones legales que exigen tal requisito».
Castro interpuso las denuncias contra las candidaturas de ambos alcaldes, luego que la Sala suspendiera la candidatura de Walter Araujo, fundamentado en la falta de moralidad e instrucción notoria por tener un caso abierto por presuntos delitos contra la mujer.
Ja,ja,ja, que son honestos, moralmente correctos, que no le hacen mal a nadie, que no negocian con pandillas, ja,ja,ja,ja
VAN PARA AFUERA EL 28 de FEBRERO!
pues es de modificar eso !… tambien debe aplicar para todo aspirante a un cargo publico !!…
Eso es lo que normalmente esperamos de esta sala , no debe extrañarnos. Debemos garantizar que en la próxima elección estos señores se queden sin sus patrones y que luego rindan cuentas al pueblo por sus actuaciones cumpliendo su juramento.
QUE CORRUPCIÒN DIOS MÌO, PERO YA CASI SE LES ACABA LA FIESTA, PRIMERO DIOS EL 28F ESTE PULGARCITO DE AMÈRICA TENGA UN MEJOR FUTURO.
QUE LES VAYA BIEN ARENA-FMLN
A ver que pajas se inventan para no inhabilitar a la Quijasno, la Margara y El mundialista
QUE CORRUPCIÒN MAS GRANDE, A PARTIR DEL 28F PRIMERO DIOS ESTE PULGARCITO DE AMÈRICA TENGA UN NUEVO AMANECER.
ADIÒS ARENA-FMLN-PDC.
Entonces según estos iluminados que interpretan y aplican la Constitución a su antojo, cualquier delincuente puede ser alcalde.
Este es el tipo de cosas por las cuales ya nadie quiere a los partidos tradicionales