Durante un encuentro con empresarios miembros del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamericano, el presidente Nayib Bukele y la primera dama, Gabriela de Bukele, junto a la presidenta de CEAPI, Nuria Vilanova, entregaron un reconocimiento póstumo en honor al empresario Piero Coen Montealegre.
El reconocimiento destaca el legado y la trayectoria del empresario, quien fue una figura influyente en el sector empresarial iberoamericano.
En representación de la familia, su hijo, Piero Coen, agradeció el gesto y reafirmó el compromiso del grupo empresarial en seguir apostando por El Salvador.
“Como familia Coen y su grupo empresarial, nos toca continuar el legado y resaltar la confianza en el presidente Bukele para continuar nuestras inversiones en El Salvador”, expresó el empresario.
El evento, que reunió a destacados líderes empresariales de la región, sirvió como un espacio para fortalecer lazos y explorar nuevas oportunidades de inversión en el país, en un contexto en el que El Salvador se posiciona como un destino atractivo para los negocios y el desarrollo económico.
Quién fue Coen Montealegre
El empresario nació en Chinandega, al occidente de Nicaragua, en 1942 y falleció en Guatemala a los 82 años, el pasado 16 de enero del presente año.
Christine Coen y la familia Coen Ubilla publicaron una nota luctuosa destacando que fue «un hombre excepcional, de corazón inmenso y un soñador incansable». Agregaron que «su amor y entrega por su familia, su gente y su país no tuvieron límites» y que «a lo largo de su vida no solo construyó una familia sólida, sino también una red de valores, principios y sueños» que trascenderán su partida.
Su trayectoria empresarial comenzó en los años 50 del siglo XX, en las plantaciones de algodón de Chinandega. Dos décadas más tarde era uno de los productores de algodón más importantes de Centroamérica. También incursionó en la producción y comercialización de caña de azúcar, ajonjolí, piña, plátanos y cítricos, convirtiéndose en el mayor productor y exportador de plátano y banano de Nicaragua, con varias plantaciones de cientos de hectáreas. Además, se desempeñó en la banca y desarrolló hatos ganaderos y crianza de caballos de raza, que lucía en su Cortijo El Rosario, en Chinandega.
Pero no siempre hubo comida en su mesa. De niño, asistió descalzo a la escuela pues era de familia muy pobre, pero gracias a su tenacidad y dedicatoria, se graduó como contador e incursionó en el mundo empresarial, llegando a poseer unas 35 mil reses, y sólo una de sus empresas -Western Union para Centroamérica- movió en 2007 más de 3 mil millones de dólares.
«Yo iba descalzo a la escuela pública, en Chinandega. Lustré zapatos, fui chofer de camión. Yo me pago mis estudios desde primaria. Nunca tuve un juguete de Navidad, no tuve un par de patines, bicicletas, pero a los quince años me compré un carro convertible».
(Piero Coen Montealegre)
En 2014, la revista Forbes de México, incluyó a la familia Coen Montealegre entre uno de los diez clanes más influyentes de Centroamérica, con entonces ventas anuales superiores a los 125 millones de dólares, empleando a más de 7,000 personas.
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