Este anuncio surge luego que en noviembre de 2017, la ONU pidió al Gobierno que derogara las medidas extraordinarias porque violan los derechos humanos.
El director de Centros Penales, Marco Tulio Lima aseguró esta mañana que pese a la implementación de las medidas extraordinarias en los centros penales se permitirá en los próximos meses que familiares visiten a los pandilleros recluidos.
Las visitas serán monitoreadas por cámaras de videovigilancia y no se tendrá ningún contacto físico, dado que serán a través de vidrios.
Actualmente se trabaja en los espacios controlados en los que los recluidos podrán tener comunicación con sus familiares pero sin tener contacto físico entre sí.
“Vamos a abrir nosotros un centro de información para las personas familiares para que se acerquen a partir del primero de mayo. Vamos a dar a conocer un teléfono donde van a hacer citas, donde estos profesionales les van a dar información y les van a asesorar para actualizar las afiliaciones de las personas que están privadas de libertad”, aseguró el director Lima.
Seis son los penales que cuentan con medidas extraordinarias en donde se prohíbe todo tipo de visitas a los internos, así como un mayor control de la visita técnica de los defensores. Asimismo, las autoridades no trasladan a los reos para audiencias con el fin de mantenerlos en un régimen especial de aislamiento.
Este anuncio surge luego que en noviembre de 2017, la ONU pidió al Gobierno que derogara las medidas extraordinarias porque violan los derechos humanos.
En febrero de este año, la relatora de Naciones Unidas Agnes Callamard condenó la implementación de las medidas extraordinarias:»Las condiciones espantosas que he presenciado no pueden explicarse solamente por consideraciones de seguridad. Esto me lleva a la conclusión de que su principal finalidad es la deshumanización de los detenidos. Dichas medidas ilegales deben cesar inmediatamente», dijo.
Durante la presunta tregua, los pandilleros recibieron una serie de beneficios, entre ellos los relacionados a las pornofiesta que se celebraban en diferentes centros penales, además de seguir teniendo comunicación desde donde giraban órdenes para cometer diferentes crímenes.