por: JULIO PALACIOS. POLITOLOGO ACADEMICO
Los operadores políticos activos, son esa masa de ciudadanos que actúan en el ambiente político electoral e institucional de los partidos políticos, y sus acólitos seculares que actúan como escribidores políticos a sueldo unos, y otros que se ofrecen como los activistas designados y ocultos; esos personajes que se obligan a monetizarse en la sociedad política para ser los eternos candidatos a Magistrados, Procuradores, Jueces, Ministros, Gerentes, Jefes de campañas; y otros como analistas del espectáculo mediático que les brindan cobertura a sus bondades profesionales y nunca a sus carencias éticas y humanas.
El común denominador de toda esta mancha brava es que todos están refugiados formalmente en ese pacto político institucional histórico que conocemos como la Constitución Política del Estado. Que para mejores señas sufrimos desde la creación del Estado Salvadoreño, que en el Acta de Independencia leemos: “Declaramos la independencia del Reino de España, antes que el pueblo la declare de hecho; porque traería consecuencias funestas”. Sin menos o más letras esa es la barrera institucional que impide al pueblo ejercer la soberanía como nación, a cambio de ser sustituida institucionalmente en el pacto político constitucional para ceder y abrogar, a los partidos Políticos el uso y beneficio de eso que llamamos la clase social política activa, y sus entornos elitistas: políticos, sociales, económicos y militares para legitimar el gobernar formalmente y tener control del aparato del Estado, en detrimento del Estado Sociedad gobernado. Si esos fueron los sujetos, vayamos ahora a los objetos de estas conjeturas al racionalizar el concepto de la constitución un pacto político perecedero.
La formulación de una Carta Magna o Constitución es el resultado de algún tipo de crisis política en una nación, o pueblo que para ese momento está inmerso en un estado de anarquía de particular origen, que entre otros podemos mencionar; descolonización de una nación, revolución nacional frente a los imperialistas que la oprimen, o revuelta popular en el sentido clásico postcolonial; cambiar la estructura del poder político oligárquico, o ante la usurpación política militar en el Estado, ejercida como dictadura militar política, operada con el ropaje de partido político electo por elecciones democráticas tuteladas, identificados como factores nacionales o extranjeros, estos últimos, como agentes intervencionistas políticos imperialistas.
Conforme a la Doctrina Monroe y al Nuevo Orden Internacional por la Democracia oficial, de estricto cumplimiento por los Países del Tercer Mundo de clase “precaria” económica, de analfabetismo político, de cultura folclórica, y de religiosidad victimizada. Para gobernar se requiere de un instrumento de control político, para ello habrá que inventar una instrumento que conocemos como constitución política del Estado Nacional. Como nación objeto, se legítima el derecho a ser gobernada por la elite de los mejores hijos, sean estos de su natural terruño o de otros hijos de la gran Bretaña. Esa es, la clase política partidaria.
En la atmósfera de la conspiración para legitimar el poder político partidario sobre la nación objetivo, el gran ausente es el pueblo, que para los fines de los conspiradores será la inspiración para consignar en el texto que; la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce la forma prescrita y dentro de los límites de la Constitución. Los límites son los partidos políticos, y todo lo demás del texto es una descripción de las funciones de los órganos del Estado, y de los límites que se le restringen al soberano para poder ejercer esa enunciada inspiración del ejercicio de la tal soberanía; los sujetos sociales no pueden ser considerados sujetos políticos para usar su valor sancionatorio para remover o destituir a los funcionarios electos en que abusando del cargo que ostentan cometan actos contrarios, a los derechos ciudadanos, delitos pecuniarios o fiscales contra el Estado, que somos todos los salvadoreños.
Por aquellos que estaban obligados a la custodia de los bienes patrimoniales de la nación se crearon las barreras y se anularon los instrumentos políticos del pueblo: el “Mandato Revocatorio”, para cesar a los políticos disfrazados de funcionarios, “el Referéndum Nacional” para las emergencias nacionales y asuntos de interés del País. A estas aturas de la reflexión usted amigo elector y lector de esta apreciación, podría estar de acuerdo o en desacuerdo que la Constitución de un Estado Nacional, es un pacto político de los partidos políticos para gobernar bajo un manto de legitimidad usurpada, y que la predica de que todo acto político es conforme a la constitución es como el discurso del fin de una época. La constitución un pacto político perecedero…que llega a su fin.
Excelente, bien dicho ahora como procedemos a cambiar todo esto que esta corrompido
En nuestro pais nunca ha existido una clase politica,sino PELELES que obedecen las ordenes de sus jefes y esa constitucion actual LA VAMOS A CAMBIAR POR OTRA MAS JUSTA Y MENOS AJUSTADA A LOS INTERESES OLIGARQUICOS.
Mis respetos Sr. Con pocas lineas desnudó nuestra realidad política y social. De donde vendrá ese movimiento para hacer realidad un REFERENDUM que nos de la oportunidad de ser librespara escoger el futuro de la nación?
Lo que estamos viendo la generación de los sesenta es sencillamente el final de la dictadura de la cultura de lo mismo…gracias a Dios por qué aparece este joven como respuesta de los gritos del silencio
Que le puedo decir. Simplemente gracias por proveernos de semejante verdad…