Una banana real, adherida a una pared con cinta adhesiva, fue expuesta esta semana en la galería Perrotin, en Miami, a un costo de 120 mil dólares, y ya tiene varios compradores que se la están disputando. Su autor, el artista italiano Maurizio Cattelan, la ha presentado como una escultura en la cual trata de simbolizar el valor que cada quien da a las cosas. La galería explicó que se hicieron tres réplicas y ya se vendieron dos.
Más allá de nuestras opiniones sobre la obra en cuestión, sean versadas o no, la galería que la expuso está cumpliendo con la función que estos espacios han cumplido a través de los años: comercializar obras de arte, y ofrecer a los espectadores una educación sobre el mundo artístico, así como promover a los artistas.
En El Salvador la tradición de las galerías fue por muchos años pujante: recordamos “El Laberinto”, “Galería Espacio”, “Galería 91”, “Fine Arte”, “1-2-3” y otras, que ante la falta de un mercado para vender obra fueron cerrando sus puertas. Hay quienes dicen que los ricos aumentaron en el país en las últimas décadas; sin embargo, estos nuevos ricos han carecido de educación y han preferido colgar plasmas en sus salas, o cuadros decorativos comprados en un almacén, en lugar de obras de arte para ser apreciadas. En contraste, los ricos de antes se formaban en universidades europeas donde las corrientes artísticas estaban al día.
Es por ello que abrir una galería en El Salvador es “un acto de fe”, como dice el artista plástico Teyo Orellana, que recientemente ha inaugurado junto a un grupo de amigos la galería virtual SalvArte, “una galería digital que cree en la democratización del arte”.
“Es el arte salvadoreño el que hoy nos convoca. Nos convoca como artistas, como amantes del arte, coleccionistas, visitantes, pero sobre todo, nos convoca hoy aquí como salvadoreños”, dice Orellana, a la vez que ve el proyecto como una necesidad de fortalecer la comunidad de artistas plásticos de El Salvador, ayudándoles a promover su trabajo a nivel internacional y nacional.
Augmentin (amoxicilina/clavulanato) es una combinación de antibióticos que contiene dos componentes activos: amoxicilina, que pertenece a la clase de las penicilinas, y clavulanato, que es un inhibidor de la beta-lactamasa. Este medicamento se usa ampliamente para tratar una variedad de infecciones causadas por bacterias, incluidas infecciones del tracto respiratorio, sinusitis, bronquitis aguda y crónica, infecciones del tracto urinario e infecciones de la piel y los tejidos blandos. El clavulanato añadido a la amoxicilina mejora su capacidad para combatir las bacterias, prolongando la eficacia del fármaco y ampliando su espectro de acción. Antes de comenzar a tomar augmentin antibiotic espana, es importante consultar con su médico para determinar la dosis y duración del tratamiento, teniendo en cuenta las características individuales del paciente y la naturaleza de la infección, así como para evitar posibles efectos secundarios y el desarrollo. de resistencia bacteriana.
Más de veinte artistas exponen sus obras en la nueva galería virtual, con la ventaja para los visitantes, que no necesitamos salir de nuestra casa para hacer un recorrido y conocer las tendencias artísticas en el país, además que se puede invertir en algún cuadro. SalvArte nos acerca a la actividad cultural que se está gestando en El Salvador, además que nos educa y nos revela a los artistas plásticos en boga.
Igualmente, uno encuentra biografías, críticas, artículos del momento, y breves pasajes de la historia del arte plástico nacional desde Wenceslao Cisneros hasta César Menéndez, pasando por Benjamín Cañas, Carlos Cañas o Rosa Menavalenzuela.
De seguro ha sido una tarea difícil, la de diseñar y curar la obra expuesta en la galería virtual. No tiene subsidio alguno y menos de un ministerio de Cultura que aún está tratando de encontrar la ruta en medio de un inmenso bosque con muchas veredas donde es fácil perderse.
Hay que visitar la galería SalvArte como un grato ejercicio matutino para entrenar los músculos del intelecto, para entrenar el gusto al arte, para decir si algo nos gusta o no nos gusta. La maravilla está en esa controversia surgida de un nuevo lenguaje, al fin de cuentas el arte se mueve en el plano de la subjetividad.
Quizá algún día sintamos que una banana pegada sobre la pared es la salvación de la humanidad. A propósito, la obra “Comediante” con la que iniciamos este artículo, se la comió un visitante de la exposición.
ESTE ES EL LINK PARA VISITAR LA GALERÍA SALVARTE