Centenares de personas visitaron los “mercaditos penitenciarios” organizados por la Dirección General de Centros Penales (DGCP) durante los dos últimos fines de semana en tres reclusorios del país, con el objetivo de promover los productos elaborados por privados de libertad en los diferentes talleres que funcionan en el sistema de prisiones.
En esta segunda jornada de fin de semana se esperaba la asistencia de unas mil 500 personas, manifestó Nathaly Boquín, jefa de la Unidad de Diversificación del Trabajo Penitenciario.
El fin de semana pasado asistieron alrededor de 700 personas al primer mercadito desarrollado en el centro penal La Esperanza, al norte de San Salvador. El sábado 21 de diciembre llegaron otras 525 y para este domingo se esperaban unas mil personas, dijo Boquín.
“Hemos tenido buena aceptación, lo que los visitantes buscan más son los alimentos, las artesanías tanto de bambú como de madera, pinturas y hemos tenido también un despunte en la parte de textil”, manifestó la funcionaria.
Con los “mercaditos penitenciarios”, el Gobierno del presidente de la república, Nayib Bukele Ortez, incentiva la inclusión de los reclusos en la cadena productiva de la economía salvadoreña y promueve su proceso de readaptación social.
“Este es un lugar donde la gente puede venir a conocer, donde les estamos demostrando que hay un cambio y son cosas hermosas las que nosotros hacemos en estos lugares. Somos productivos, para que un día podamos tener nuestra libertad, le damos a conocer a la sociedad que estamos haciendo algo”, manifestó Erick Ramírez, uno de los reos beneficiados con los talleres de capacitación.
La actividad organizada por Centros Penales se desarrolló en jornadas de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, tanto en los penales La Esperanza y Apanteos y la granja penitenciaria de Santa Ana.
Zapatos, ropa, piñatas, productos en madera y bambú, pinturas y libros fueron exhibidos para su venta al público dentro del recinto de La Esperanza. Además, los usuarios podían cortarse el cabello o disfrutar de la música y danza, así como degustar los platillos elaborados por los reos en rehabilitación.
“Esta es la última actividad este año, esperamos poder planificar e incorporar otros centros para que se les pueda dar la oportunidad también de dar a conocer todas las habilidades”, agregó Boquín.
Tanto los privados de libertad como sus familias y visitantes particulares se mostraron satisfechos con la implementación de esta actividad por parte del Gobierno, ya que favorece la rehabilitación social de los reclusos.
“Es un evento bien bonito, está bien organizado. Los jóvenes necesitan de este apoyo, tanto del Gobierno como de muchas instituciones para poderlos animar más y ellos puedan salir rehabilitados. Todos necesitamos una segunda oportunidad”, manifestó Jesús Pichinte, uno de los visitantes.
En la actualidad, nueve centros penales cuentan con talleres productivos para que los reos tengan la oportunidad de capacitarse en cualquiera de los oficios que se imparten. Además, existen tres granjas penitenciarias donde también se capacita a reos en varios oficios con vocación agrícola.
Estas artesanias y ventas de los penales vienen desde la época de Osorio. Ya va a decir el viajero Osiris que es obra de Bukele !