La imagen de la Presidencia del prófugo de la justicia, Mauricio Funes, se gestionó a través de pagos a periodistas, para manipular la información de sus trabajos e introducir contenido en beneficio de su administración.
Nacho Castillo, Moisés Urbina, Héctor Silva Ávalos, Gabriel Trillos, Álvaro Cruz Rojas, entre otros, eran receptores de dinero sucio, proveniente de la Partida Secreta del expresidente prófugo, ahora asilado nicaragüense, sobre el que pesan 6 órdenes de captura.
Todos los pagos se hacían mensualmente y rondaban desde los $1,500 hasta los $10,000. Esta es la historia sobre todo el proceso por medio del cual se gestionaron dichos pagos con el aval de Funes y su equipo de confianza. Todos los elementos vertidos en el presente reportaje constatan en los testimonios de al menos cinco personas involucradas y documentos de procesos de investigación que se encuentran en poder de la Fiscalía General de la República (FGR).
A inicios del Gobierno de Funes, el operador político, Gerardo Cáceres, se reunión con el expresidente en un lujoso restaurante de la Zona Rosa de San Salvador, en donde le describió que el ex presentador de noticias (ahora procesado por actos de corrupción) Jorge Hernández, tenía el interés de trabajar con el Gobierno, siendo el encargado de repartir sobresueldos a periodistas, para manipular la información de sus trabajos.
Funes aceptó el trato que consistía en el pago de $10,000 mensuales en efectivo a Jorge Hernández, $5,000 al ex editor jefe de La Prensa Gráfica, Gabriel Trillos; $3,000 para el presentador de noticias, Narciso Castillo (conocido como “Nacho Castillo“); y $3,000 para el periodista de Diario El Mundo, Álvaro Cruz Rojas.
Las fuentes coincidieron en que Funes se reunía algunas veces con estos periodistas en la “Casa 403“ de San Benito, lugar en el que se realizaban algunas reuniones secretas entre Funes y sus enlaces políticos, y otras veces enviaba sus solicitudes a través de Cáceres y Jorge Hernández.
Una de las fuentes confirmó que en una ocasión escuchó que Funes aseguraba que todos los periodistas de El Salvador eran “prostitutas vestidas de monjas“ que se podían fácilmente vender al mejor postor y que por lo tanto había que hacerles saber que eran sus empleados.
Las fuentes aseguraron a este medio que existía otro grupo de periodistas operado directamente por Gerardo Cáceres: el editor de El Mundo, Álvaro Cruz Rojas, quien recibía entre $3,000 y $5,000 mensuales; el ahora diputado del PCN, que realizaba un programa radial, Raúl Beltrán Bonilla; el presentador de TCS, Moises Urbina, quien recibía $1,500 mensuales; y el ahora presentador de noticias de Teleprensa Canal 33, William Meléndez, a quien le entregaban $1,500 mensuales.
Consta en la documentación que este medio ha tenido a la vista, que Gerardo Cáceres también apoyaba con la operación de algunos periodistas que manejaba el expresidente de la República, Elías Antonio Saca, a través del ex presentador de noticias, Julio Rank, para que estos hablaran a favor del equipo de fútbol Luis Ángel Firpo. Según las fuentes, estos periodistas deportivos también eran pagados desde la Partida Secreta.
El cóctel en Washington
A inicios del Gobierno de Funes se organizó un viaje con periodistas de Washington DC para cubrir el encuentro del expresidente prófugo con el entonces mandatario de Estados Unidos, Barack Obama. Algunos periodistas ya habían garantizado sus viáticos con fondos de sus medios y pidieron que el dinero de la Partida Secreta, que estaba disponible para eso, les fuera entregados como un regalo.
Las fuentes aseguraron que durante el viaje, Funes ordenó que se realizara un cóctel con los periodistas, en el bar de un hotel. Este fue un espacio relajado para convivir, que fue organizado por el director de Revista Factum, señalado por recibir dinero de la Partida Secreta, Héctor Silva Ávalos, el ex secretario de Comunicaciones, David Rivas y Jorge Hernández.
Durante la fiesta, las fuentes aseguraron que Álvaro Cruz Rojas se emborrachó y terminó en una silla del hotel, dormido. En total, la cuenta de la fiesta rondó los $7,000, los que fueron cancelados por Héctor Silva Ávalos.
El expresidente Funes también concedió algunos préstamos a periodistas, los cuales nunca fueron pagados y fueron costeados desde la Partida Secreta. Por ejemplo, Jorge Hernández recibió $50,000 para un carro blindado, luego de que se publicara un video en el que supuestos pandilleros publicaran un video en el que decían que atentarían contra su vida. Según las fuentes, ese video fue fabricado entre Jorge Hernández y su hermano “Oliverio“ que laboraba en la Policía Nacional Civil (PNC).
Y los documentos?
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