Para el periodista Lafitte Fernández, el exfiscal general Douglas Meléndez “perdió la cordura” al haberlo acusado penalmente de divulgar el Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS), que reveló el desvío de fondos del expresidente Francisco Flores, donados por Taiwán.
Fernández acepta haber denunciado y “ayudado a comunicar” que Flores recibió en una cuenta privada más de 10 millones del gobierno taiwanés, y dijo que participó en la revelación del hecho pues su deber social es de informar, en cuanto a su labor periodística. “Se me acusa por denunciar una verdad probada, confesa y de un interés público del tamaño de la catedral”, se defendió.
En una extensa explicación, el periodista narra pormenores del caso Flores, desde el momento en que en 2001 se abrió “con una simple llamada telefónica” una cuenta en el extinto banco Cuscatlán de Costa Rica a nombre del exmandatario y cómo fue a parar parte de ese dinero a manos de ARENA.
Diario La Página transmite íntegramente la defensa expuesta por el periodista costarricense en su cuenta de Facebook:
«UN FISCAL NO SOLO MIENTE: PERDIÓ LA CORDURA
Se me acusa en El Salvador por contribuir para que los salvadoreños supieran cómo un gobernante recibió cataratas de dinero taiwanés.
Lafitte Fernández
El mejor trofeo periodístico que he recibido en mi vida nació, el viernes, en El Salvador: un Fiscal General me acusa, penalmente, porque denuncié y ayudé a comunicar que un ex gobernante de ese país recibió, en una cuenta privada, más de $10 millones del Gobierno de Taiwán en pago de lo que usted quiera pensar.
Se me acusa por denunciar una verdad probada, confesa y de un interés público del tamaño de la catedral. El Fiscal General acaba sus funciones este domingo. Se despidió con la demanda en mi contra. Ahora no sé si es que perdió la cordura o está acostumbrado a desdecirse y a crear falsos ambientes hostiles. Cada Medusa ama su belleza.
Cargo penal en mi contra: entorpecer investigaciones oficiales. Mi pecado: informar, y contribuir a dar a conocer a los salvadoreños, que el expresidente Francisco Flores recibió, en el año 2001, al menos $10 millones en una dudosa cuenta personal que abrió en Costa Rica.
El dinero llegó, desde Taiwán, al extinto Banco Cuscatlán de Costa Rica. No se depositó en ninguna cuenta estatal salvadoreña. Llegó a título personalísimo como si hubiese salido de la prostituta de Babilonia. La cuenta la crearon en Costa Rica en media hora mediante una simple llamada telefónica.
Lo más insólito y absurdo, la peor sinvergüenzada de todo, es que el exgobernante Flores confesó en la Asamblea Legislativa que recibió ese dinero. Eso causó un escándalo en El Salvador. Sobre todo porque nadie sabe el paradero del dinero. Lo único que se sabe es que alguna parte llegó a las arcas del partido ARENA. Pocos, muy pocos, pidieron disculpas por eso.
Mi delito es simple: informar y contribuir a informar sobre un hecho enteramente real y de supremo interés público. Honestamente, es la primera vez que Centroamérica conoce que una denuncia periodística exacta, real, confesa y de muchísimo interés público la lleva una Fiscalía General a una sede penal.
PERFIL DE UNA INFAMIA
El asunto no es que lo que se denunció fue falso. Mucho menos que no fuera de interés público para todos los salvadoreños. El supuesto problema es que se usó un documento del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que alertaba sobre las transacciones bancarias de cuatro cheques que recibió el mandatario. Según el Fiscal General, Douglas Meléndez, ese documento nunca debió salir a la luz pública. ¡Válgame Dios con ese argumento!
Meléndez, con un inmenso descaro y cinismo, no le dijo a los salvadoreños es que, o el periodismo denunciaba las negociaciones financieras, o un ex fiscal general desaparecía las pruebas, como sucedió diez años antes. Esa es el primer reconocimiento que debe hacer Douglas Meléndez si realmente tiene un interés genuino en esto.
Douglas Meléndez no sólo se metió en su esternón y ocultó el hecho de que actué como periodista sino que calló, deliberamente, y tengo las pruebas conmigo, que durante diez años dos fiscales generales que le antecedieron en su cargo, ocultaron el documento que probaban las oscuras transacciones financieras de Francisco Flores.
Douglas Meléndez sabe, porque es la verdad, y no su neblinosa postura, que un fiscal valiente arriesgó su vida, y hasta el embarazo de su mujer, para contribuir al hecho de que los salvadoreños conocieran la verdad sobre el dinero de Taiwán.
Ese valeroso fiscal entregó una copia de ese documento cuando ya no ejercía su cargo. Si Meléndez es tan puntilloso en sus denuncias como dice ser, debe buscar en los archivos de la Fiscalía General. Ahí encontrará la renuncia escrita de ese fiscal con sello de recibido. En ella se dice que se va porque el exfiscal Genera de ese entonces, Luis Martínez, no quería investigar los dineros de Flores. ¿Por qué razón? No lo sé. Posiblemente el silencio del documento estaba pactado o bajo negociación. Douglas Meléndez sabe eso. Por decencia debe reconocerlo.
FISCALES CONFESOS
Lo peor es que esto último lo conoce y lo confiesa en sus escritos judiciales el propio Douglas Meléndez. La incongruencia de sus juicios y valoraciones para el pelo. Lo que debe advertirse es con qué fruición se monta un caso sólo para perseguir personas. Esa es la verdad.
En un tribunal judicial existe un expediente de más de mil páginas en las que se resumen una serie de acusaciones contra el ex Fiscal General, Luis Martínez, por evadir su responsabilidad de investigar hechos criminales.
Una de las acusaciones contra Martínez es, precisamente, que no investigó las denuncias contra Flores que planteaban algunos de sus principales colaboradores. La acusación la analizó y firmó Meléndez, como corresponde.
En ese expediente fiscal y judicial, presentado contra el exfiscal general Luis Martínez, funcionarios de confianza de Douglas Meléndez escribieron también algo que, dichosamente, se olvidaron de ocultar, porque es parte de la entera verdad en este caso. Esa cita es la mejor prueba de la doble moral con la que se manejó mi caso.
La cita textual nace porque otros fiscales recordaron que Martínez duró siete meses sin abrir una investigación sobre Francisco Flores. “El expediente administrativo se aperturó contra el señor Francisco Flores en la Unidad de Investigaciones Financiera, hasta el 24 de enero del 2014 y ello DEBIDO A LA PRESIÓN SOCIAL Y MEDIÁTICA QUE SE ESTABA DANDO A LAS NOTICIAS SOBRE LA PARTICIPACION DEL EX PRESIDENTE FLORES PÉREZ Y POR LAS DIFERENTES DENUNCIAS QUE SE INTERPUSIERON. DE LO CONTRARIO NO SE HUBIESE DADO INICIO A LA INVESTIGACION EN ESE SENTIDO….”.
Este párrafo muestra todo lo que sucedió: si el periodismo no denuncia la existencia del reporte contra Flores, nada habría pasado. Esa cita es digna de estar en el cementerio de los valientes. Lo que prueba es que en la Fiscalía General alguien soltó a la loca de la casa para que hiciera la última cacería penal, el último inventario antes que el señorito se marchara.
CINISMO
Las frases fueron escritas a pocos metros de la oficina de Douglas Meléndez. Esto prueba su cinismo, su descaro o el hecho de que alguien perdió la razón y el juicio.
Es imposible creer que para acusar a su predecesor, Douglas Meléndez hace uso del papel del periodismo. Le da el papel legítimo a la denuncia pública como la única contención contra los silencios acordados en la Fiscalía General.
Pero, por otro lado, y eso me hace dudar de la decencia del fiscal defenestrado por los diputados, la denuncia periodística debe perseguirse, acusarse penalmente, porque le hurtaron la copia de un documento a los archivos de la Fiscalía General. ¡Por eso un periodista debe ir a la cárcel! De verdad creo que alguien no está cuerdo en este asunto. Alguien es persistentemente deshonesto en este debate que me obligan a encarar.
Ahora hasta sospecho si todo el problema es porque el documento lo elaboraron unos rubios de ojos azules que tienen cara de patrones en la Fiscalía General. Si eso es así seríamos menos que nuestros propios nombres.
Insisto: Si no hubiese sido por la denuncia de medios de comunicación salvadoreños y hasta del expresidente Mauricio Funes, el exfiscal general Luis Martínez cumple con lo que quería: ¡callar lo que pasaba desde diez años atrás!!
Ojalá Douglas Meléndez (porque ya no es Fiscal General) reconozca sus firmas en los escritos de descargo que presentaré. La mejor defensa que tengo es el ejercicio del periodismo y la acreditación de los propios documentos de la Fiscalía General de El Salvador. Ellos tildan el papel de la denuncia pública en este caso. La reconocen. La aplauden en medio de la doble moral de Meléndez.
No duden que me defenderé en El Salvador, y en todos los organismos internacionales que corresponda. Incluso, pediré ser escuchado ante la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), organización de la que José Roberto Dutriz es su representante. Este caso es técnico. No político. Los decentes deben actuar como tales.
LA SINTESIS
De acuerdo con todo lo que sucede es necesario advertir:
1) La denuncia periodística sacó de las manos de un exfiscal general un documento del más alto interés público.
2) Eso sucedió porque un fiscal decente se jugó la vida, y hasta la de su hijo, para que los salvadoreños supieran la verdad sobre dineros que fueron a parar a una cuenta privada.
3) Que si existió una actuación mía fue como periodista. No como sujeto particular. 4) que, y esto es muy grave, a nadie puede acusarse de entorpecer una investigación judicial CUANDO NO EXISTÍA NI UN PELO DE ELLA.
4) Mienten los fiscales cuando dicen que el conocimiento del ROS se produjo cuando existía una investigación formal. Eso no es cierto. Los documentos de la Fiscalía prueban lo que afirmo. Basta certificarlos en estrados judiciales. ¿Por qué hacer chanchullo? Si los fiscales persisten en sus tesis principales, lo único que harán es ser parte de una denuncia calumniosa.
5) Intentan aplicarme, en El Salvador, una disposición penal que sólo puede ajustarse a funcionarios públicos. Nunca he sido funcionario público. Mucho menos recibí un dólar, o lo pedí, para participar en estos asuntos de interés público.
6) Lo que se denunció es probadamente real. Flores confesó haber recibido ese dinero en sus cuentas personales.
7) El documento que probó el dinero taiwanés no estaba protegido por la legislación salvadoreños. Y, en todo caso, no debe olvidarse que, cuando existe un interés público, el periodista puede actuar plenamente apoyado por su mandato social.
8) Yo no me robé ningún documento de la Fiscalía General. El documento pudo conocerse porque varios personajes actuaron como gente abiertamente honrada. Esa es la mayor contradicción de Douglas Meléndez. Esto es tan absurdo, que, para citar un ejemplo, el Publisher del periódico digital Diario1 que dirigía en ese entonces, Adolfo Salume, conoció, y tuvo en sus manos, copia del ROS antes de conocerse y publicarse. Le informé sobre la importancia de ese tema como me correspondía. ¿También lo acusarán y pedirán cárcel contra él? Y sé que él lo mostró al menos a un alto dirigente de ARENA. Así que habría que preparar un autobús de acusados para atender la esquizofrenia fiscal. Meléndez no calculó que bajo su ventana había alboroto. Hay mucha gente cosida por la misma estrella.
GROSERAMENTE FALSO
También es falso, absolutamente falso, groseramente falso, que el fiscal que pregonó el Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS), viviera oculto en una finca que poseo en Costa Rica hace más de 30 años. A él lo cuidó, en ese país, gente decente, sus amigos, que atendieron su llamado cuando se jugaba la vida y lo llegaban a buscar, casi cada día, a su casa, donde la única que permanecía era su angustiada esposa embarazada.
No sé cómo hará la Fiscalía General para probar que oculté en mi finca en Costa Rica a ese exfiscal. Eso no es cierto. Como tal, ese hecho no es ni siquiera probable. No existió. Los fiscales mienten con descaro. Se desbocaron los que buscan pergaminos.
Lo que más me apena de todo esto es ver el comportamiento de algunos periodistas. Sobra la insensatez. Falta el buen juicio crítico. Ahora resulta que quienes contribuimos a informar sobre una clarísima denuncia de interés público, somos parte de una banda casi criminal a cuyos miembros se debe linchar. ¡De nuevo, válgame Dios!
Es tan limitado el juicio de esos periodistas que ni siquiera han preguntado de donde salieron las grabaciones y si las supuestas pruebas de nada son espúreas o no. Si tienen algún crédito legal. A esos periodistas les importó un bledo que surgieran aparentes grabaciones (nadie ha probado que son fieles) sobre actuaciones de periodistas que no desbordan ninguna ley ni compromiso ético.
A mí lo único que me contrató fue la denuncia y el deber de informar a todos los salvadoreños. A veces pienso que esos periodistas son parte de la misma escuela: los hechos los cortan con tijera. Se publica únicamente lo que esté teñido de mala fe. El resto, a pesar de ser parte de la verdad, no vale. Hay que desecharlo. ¿Todavía dudan que existen carniceros del periodismo?
Cuando leí, hace algunos días, la inexacta historia sobre el ROS en la revista Factum, cargada de semillas desgarradas y falsas, la hubiese tomado en serio si no hubiese conocido cómo nació ese medio. Sé cuándo nació. Cómo nació. Quién pagó. Para qué nació. ¡Y aún así se quiere hablar de decencia o higiene social!
(Seguiré)»
Tiene toda la razón el Sr. Lafitte, este fiscal es un cínico y un sinvergüenza, acusarlo penalmente por revelar un caso de corrupción de un ex presidente, y donde el el mismo Flores confesó haber desviado esos fondos. ¿Cuál es el mensaje entonces? ¿Acaso el mensaje es que todo aquel que se atreva a sacar a la luz las sinvergüenzadas de ARENA, a la larga recibirá su castigo? Ser periodista independiente y además valiente, es algo que debe reconocersele al Sr. Fernández. La derecha quiere que sigamos enajenados con sus panfletos ( Diario de Hoy, La Prensa Gráfica, El Mundo)… Leer más »
QUE PELADA DE CARA PARA ESTE FISCALUCHO MEDIOCRE INBERVE.
MUY BUEN CONTENIDO Y EXPOSICION DE ESTOS PEROS FALDEROS QUEVHA HECHO LAFFITTE FERNANDES. TIENE HIEVOS DE DESENMASCARAR A ESYA PODREDUMBRE SALVADOREÑA. QUE BAJO SOS DOUGLAS MELENDES Y LOS SEUDO PERIODISTAS SALBADOREÑOS DAN RISA MAJES
TRAGUENSELA
Ok, pregunta al periodismo, los millones de Taiwan salio en el ROS, aja, y cuando el difunto Flores busco ser secretario de la OEA y la asamblea aprobó un dinero para que lo utilizara como plataforma y en unos días dijo que renunciaba a la candidatura, a ciencia cierta y ese dinero que ondas, era la liquidación al occiso o que, en fin en este país donde la memoria y decencia es un lujo, ojala se cumpliera devuelvan lo robado, y ARENA nunca mas. Si es necesario refundar la nación que se haga, para sacar a los delincuentes tricolores, azules,… Leer más »
Ya pasamos esa era donde a las sinvergüenzadas y canalladas de los funcionarios publicos, banqueros, empresarios de alto Kilate, Dones y Doñas de la clase real, se manejaban como secretos de Estado en acuerdos internacionales para protegerse las sinverguenzadas ? E allí garantizar las derechas en Americana Latina.
Estamos bien amolados, después de la guerra avanzamos un par de metros mi querido pueblo, el camino hacia la felicidad, la dignidad del hombre por el hombre está lejos, más que si emprendiéramos camino a Marte. Que la historia del conflicto armado no llegue a repetirse con nuestros nietos. No mas FMLN No mas ARENA.
Muy buen reporte y bien clara defensa.
Sólo en El Salvador y en nuestro sistema judicial ocurre semejante burrada.
el periodista esta siendo procesado judicialmente por denunciar un acto de corrupción.
Es tiempo de detener esta clase de conductas.
Que manera de retirarse de un alto cargo, quiso hacer daño valiéndose del cargo, acusando penalmente a un ex presidente y a un periodista, el debut de este personaje fue como la del pato, la cago a la entrada y se re cago a la salida, y lo que no vislumbro, que él es el untado y de boladita se lleva a toda la cúpula y financistas de ARENA. Buen favor le ha hecho al pueblo el fiscal, ahora se sabe porque para elegir magistrados o fiscales necesitan, personajes como Douglas Melendez y lo entuturutaron tomándole una foto poniéndose el… Leer más »
Ok Lafitte, me gustaría saber los orígenes de la Revista Factum, estaré pendiente de tu siguiente entrega, espero sea pronto!