Eliodoro Portillo (guardameta), en cuatro oportunidades; Frank Velásquez (pívot), en tres; Elmer Robles (ala), en dos; y Darwin Ramírez (ala) y Rubén Batres (pivot), en una cada uno, han escrito su nombre en las Copas del Mundo de fútbol playa en las que ha participado El Salvador.
Desde el próximo 19 de agosto nuevamente la Selecta playera participará por quinta ocasión en este certamen mundial que, en esta ocasión, se efectuará en Rusia, en donde los cinco futbolistas pretenden brillar con luz propia.
Uno de los más experimentados en la actual selección playera es el arquero Elidoro Portillo, quien viajó a Rusia con el sueño de superar el cuarto lugar que logró en Rávena en 2011. Él es el único que puede demostrar que su nombre está escrito en las páginas de las cuatro Copas del Mundo (Marsella 2008, Dubái 2009, Rávena 2011 y Tahití 2013) en las que ha competido la selección playera salvadoreña.
De ahí que esta quinta edición es especial para el guardameta de 32 años, ya que es el único jugador que sobrevive de la primera convocatoria que el técnico Rudis Gallo presentó para Marsella 2008. En esa ocasión, la Selecta finalizó en la última posición del grupo B, en el que enfrentó a Portugal, Italia e Islas Salomón.
Mientras que en Dubái, los pupilos de Gallo repitieron la historia y se ubicaron en el grupo B, en el que quedaron últimos por debajo de Japón, España y Costa de Marfil, pero la historia cambió en Rávena, Italia, donde los nacionales alcanzaron un histórico cuarto lugar al dejar en el camino al anfitrión.
En Tahití, la Selecta playera superó la fase de grupos al ubicarse en la segunda casilla por debajo de Argentina, logrando avanzar hasta cuartos de final en donde perdió ante España 2-1.
“Para mí es importante empezar de la mejor manera este mundial, con pie derecho y así poder seguir avanzando en la competencia y conseguir la clasificación a la siguiente ronda. Paso a paso y mejorar lo que se hizo en Rávena, es un objetivo y poder disfrutarlos como país”, expresó el meta playero, quien ha sido el titular indiscutible de la portería salvadoreña.
El segundo en sumar mundiales es Frank Velásquez, quien con 31 años de edad ha defendido los colores de la selecta, en Dubái, Rávena y Tahití.
Para el pívot más experimentado de la Selecta, ser parte de esta nueva expedición mundialista es una bendición.
«Llegar a un cuarto mundial aquí en Rusia es una bendición y gracias a Dios estoy jugando al fútbol como siempre lo he querido. Como persona lo he ganado todo, lo único que falta en mi carrera es ganar un mundial y como futbolista hay que tener fe de que se puede alcanzar», expresó Velásquez.
Frank se consagró como el máximo goleador de la azul y blanco con 10 goles que marcó en las tres justas mundialistas en las que ha participado, dos dianas en Dubái, seis tantos en Rávena y dos más en Tahití.
El mundial de 2011 marcó un exitoso desempeño para el pívot salvadoreño, ya que logró anotar cuatro goles a la selección de Italia en los cuartos de final, uno de ellos en tiempo extra, que decidió el resultado a favor de El Salvador.
Esto le permitió al atacante ganar dos premios individuales: el botín de bronce del evento y el premio al mejor gol del torneo, entregado por votación de los usuarios de Fifa.com.
Por su parte, el ala Elmer Robles, de 30 años, ha participado en Rávena y Tahití, y ahora cumple su tercera convocatoria mundialista en Rusia, demostrando que su trabajo por las bandas es silencioso y determinante para el entrenador Gallo.
Para Robles, esta es la Copa del Mundo más importante.
«Es el más importante de mi vida y me motiva a hacer muy bien mi trabajo y poder llegar hasta la final si Dios quiere y para lograrlo hay que esforzarse mucho y así poder darle una alegría al pueblo salvadoreño que está pendiente de nosotros», manifestó Elmer Robles.
Mientras que Darwin Ramírez, de 34 años, y Rubén Batres, de 29 años, son dos jugadores que cuentan en su hoja de vida con una sola participación en Copas del Mundo.
Sobre su participación en este su segundo mundial, Ramírez manifestó que es cumplir con una meta de regresar a una competencia mundial.
«Para mi significa mucho, es como una maleta de ilusiones y soñar con superar el cuarto lugar es difícil pero no imposible. También soñar con una final, aunque ir paso a paso en la competencia», afirmó el mundialista.
“El Chino”, como cariñosamente le llaman sus compañeros, vuelve a una convocatoria definitiva después de quedar fuera de la nómina de Tahití por decisión técnica. En tanto Batres es parte de la nueva generación de jugadores de la Selecta de playa que cumple con su continuidad después de participar en el mundial de 2013.