Maisse Batres y Kevin Josías Flores tuvieron una destacada actuación en el I Torneo de Shadowboxing, organizado por la Academia Municipal de Kickboxing de Ilopango con el aval de la Federación Salvadoreña de este deporte
Con este evento, kickboxing volvió a la actividad competitiva, luego de la pausa generada por la pandemia del COVID-19, tiempo en que se mantuvieron realizando seminarios virtuales.
El mejor “combate” fue la final femenina entre Batres, quien resultó ganadora, y Vanessa Aurora, quien obligó a usar la tarjeta de desempate del Chief Arbitrator Iván Rodríguez, pues las tarjetas de los jueces mostraban un tablas.
Por su parte, Flores se convirtió en el peleador más técnico al ganar el diploma Best Competitor de la Global Kickboxing Organization (GKBO) acreditado por el Sensei Claudio Badenas, Presidente de este organismo, quien inauguró el evento desde Argentina.
“Hay que ocupar las bondades de la tecnología en la actualidad pero fue muy bonito porque a pesar de que es un evento piloto organizado por la Academia Municipal de Ilopango, liderada por el alcalde Adán Perdomo, y el instructor federado Ronald Escobar, reunió una cantidad considerable. Fueron 24 jóvenes que participaron desde niños de los 8 años hasta deportistas de nivel intermedio”, comentó Carlos Betancourt, presidente de la Federación Salvadoreña de Kickboxing.
El federativo aclaró que en el evento participaron atletas que tienen un alguna experiencia en competencias internacionales, algunos de los cuales estaban programados para debutar en selección nacional este año, como el caso de Mario Burgos.
“Lo destacable es que se volvió a la actividad. Me siento contento pues estuvimos como tres horas conectados, en su mayoría de cada uno desde su casa. Tuvimos la presencia del presidente de la Global Kickboxing Organization, el maestro Claudio Badenas, y de el alcalde de Ilopango”, dijo Betancourt, quien destacó que fue una buena oportunidad para que los jóvenes se quitaran el miedo escénico.
La sombra o shadowboxing, en los deportes de combate, es el equivalente a la “kata” de karate, con la misma la idea del combate contra un rival imaginario, realizando desplazamientos, combinaciones de puños, codos, rodillas, patadas, defensas como bloqueos y esquivas, con técnica, precisión y velocidad, normalmente sin guantes.
Necesidad de estar activos
“Cuando se vino la pandemia cerramos la escuela, sentí que el encierro de una manera u otra afecta a las personas, y los chicos estaban emocionados antes de esto, porque estábamos a punto de ir a una competencia panamericana en Honduras, y esa sería su primer salida del país, y luego todos me escribían que extrañaban las clases”, dijo Ronald Escobar, instructor de la Academia de Ilopango.
Debido a que residió en Suecia, donde tuvo experiencia con las clases virtuales, Escobar decidió implementar la enseñanza en línea, y posteriormente, desarrollar la competencia virtual, para lo cual buscó el apoyo de Betancourt, quien le ayudó a poner en marcha la idea.
Aunque reconoce que aún hay cosas que mejorar, entre ellas hacerlo atractivo para espectadores y patrocinadores, el presidente de la Federación asegura que esperan desarrollar al menos otros tres eventos similares en el año, en las diferentes zonas del país, y además, potenciarlo en Centroamérica, y luego a nivel latinoamericano, pues considera que “en estos eventos el cielo es el límite, hay ir un pasito adelante y aprovechar la tecnología”.