El Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), tiene previsto para este miércoles efectuar la operación de trasplante renal número 900. Este se considera uno de los procedimientos quirúrgicos más delicados en los que el Seguro se ha especializado.
“Son 900 vidas salvadas, 900 familias que han tenido un cambio porque la enfermedad renal es sumamente desgastante que puede llegar a transformar la vida de una persona; son pacientes que no pueden tomar o comer ciertos alimentos, tampoco pueden hacer algunas cosas, y entonces podríamos decir, ¿para que vale la pena vivir así?, son personas que luchan cada día”, afirmó la directora del ISSS, Mónica Ayala.
Estos procedimientos son posible gracias a la inversión en salud del Gobierno y donde el salvadoreño es el centro de toda gestión. Los pacientes a un trasplante de riñón antes tuvieron que ser diagnosticados con la enfermedad de insuficiencia renal crónica y posteriormente, al igual que el donante, es sometido a diversos estudios, entre estos, pruebas sanguíneas, radiológicas y prueba PCR, previo al procedimiento quirúrgico.
La donación de riñón permite brindar al paciente una mejor calidad de vida, siempre bajo prescripción médica, y poder incorporarse a sus actividades cotidianas. Para el Seguro Social, la atención renal constituye un reto en la atención, a partir de un buen diagnóstico, buen manejo de la enfermedad y evitar la mortalidad.
La opción del trasplante de riñón suele suceder luego de haber agotado otros tratamientos, siendo algunos, la diálisis peritoneal continua ambulatoria y la hemodiálisis que se aplica con equipo que funciona como el riñón cuya finalidad es purificar la sangre de todas las toxinas. En promedio, la cirugía dura ocho horas e interviene un equipo multidisciplinario de médicos nefrólogos, anestesiólogos, urólogos y cirujanos vasculares.