En la casa que durante décadas fue símbolo del poder político del partido ARENA en Santa Tecla, hoy se levantan pequeños locales comerciales. Las obras avanzan rápidamente, y con ellas se desvanece un pedazo de la historia política reciente de El Salvador.
El inmueble, que en su momento fue punto de encuentro de dirigentes departamentales, activistas y campañas electorales, ahora cambia de propósito y refleja el declive de una institución que pasó de gobernar el país por 20 años a enfrentar el desprecio y el olvido de gran parte del electorado.
Las divisiones internas, las pugnas por el control del partido y los constantes escándalos de corrupción marcaron el inicio de su caída. Aquellos muros que alguna vez estuvieron cubiertos de banderas tricolores hoy se preparan para acoger nuevos negocios, símbolo de un cambio de época en la política nacional.
Mientras tanto, antiguos simpatizantes de «hueso duro» ven con nostalgia y resignación cómo el que fuera un ícono del poder político salvadoreño se convierte, literalmente, en un recuerdo del pasado.