Eugenio Chicas pide que su exesposa sea sometida a prueba de polígrafo

El exsecretario de Comunicaciones de la presidencia, Eugenio Chicas, desmintió las declaraciones de su exesposa, Ana Lucía Ramírez Ayala, quien lo acusa de infidelidad y de haber mantenido relaciones con una ahijada de ambos cuando esta era menor de edad, y que posteriormente la hizo su esposa.

Chicas reiteró su inocencia y dijo que se someterá a las pruebas que la FGR estime convenientes para demostrarla, así como se puso a disposición para ser llevado ante el polígrafo. De igual forma, pidió la misma comparecencia para su exesposa Ramírez Ayala y su acusador, Nayib Bukele.

“Esta prueba (del polígrafo) debiera ser aplicada también para mi exesposa, quien hoy lamentablemente supongo ha actuado con fines políticos”, manifestó, a la vez enfatizó que la mujer “ha afirmado cosas que nunca ocurrieron”.

En su mensaje, publicado en sus redes sociales, aprovechó para disculparse con su excónyuge por haberla llamado «dolida». «Aprovecho la oportunidad para disculparme por referirme a ella como una mujer dolida, palabras emitidas al calor de mi indignación por la falsedad de lo presentado», expresó.

A continuación, el texto íntegro que subió Chicas en su cuenta de Facebook

«Hace un año y tres meses, el calumniador Bukele decidió “enfrentar” los señalamientos que pesaban sobre él por violencia contra la mujer, atacando a mi familia con aseveraciones falsas y colocándonos como un distractor y un parámetro de comparación irreal.

El año pasado, y después de dos llamados del imputado Bukele Ortez a través de su abogada, mi esposa y yo accedimos a sostener una reunión privada con él, dejando clara nuestra posición: no habría conciliación fuera de los términos de la demanda, pues nuestro único interés era que quien nos calumnió se retractara con una disculpa lo suficientemente clara y difundida. El acusado dejó clara también su postura: para él, siendo candidato, sería un suicidio político retractarse, advirtiendo además que “podrían salir otras cosas en el juicio”, a lo que respondimos: no tenemos nada más que perder, nuestra vida cambió por su calumnia y nos acompaña la verdad.

La solicitud del Sr. Bukele de reserva de aquella conversación convocada por su abogada, fue atendida por nosotros en tanto no era de nuestro interés, como sí del imputado, el juego mediático. No obstante, al revelarlo públicamente el imputado el día de la audiencia, esta reserva ya no tiene sentido.

Mis diferencias con el señor Bukele no son parte del juego político de una contienda electoral, es el justo reclamo de quien ha tenido una vida ceñida a principios y valores éticos y que hoy se ven mancillados por un inmaduro irresponsable que quiso, mediante una asquerosa táctica política, atacar a través de una mentira. En consecuencia, como lo he sostenido en reiteradas ocasiones, me pongo a disposición de la Fiscalía General de la República, tal como lo hice hace más de un año, para que investigue si he sido autor de algún delito contra la libertad sexual en detrimento de mi esposa o de cualquier otra mujer.

A lo largo de mi vida laboral y partidaria he trabajado con muchas compañeras y jamás hubo señalamientos de mi actuar hasta esta coyuntura política. Por tanto, estoy dispuesto a someterme a la prueba del polígrafo en la instancia que corresponda y, por transparencia, a estar debidamente vigilado por organizaciones e instituciones de protección a la mujer, para desvirtuar los supuestos plasmados en la declaración presentada por el Sr. Bukele en la última audiencia.

Esta prueba debiera ser aplicada también para mi exesposa, quien hoy lamentablemente supongo ha actuado con fines políticos, pues no encuentro otra razón para que alguien con su pasado de lucha y de mucha fortaleza haya afirmado cosas que nunca ocurrieron. Comprendo y celebro que finalmente en nuestra sociedad el testimonio de una mujer tenga el peso necesario para ser creído y escuchado sin ser cuestionado. Pero como humanos, independientemente del género, se puede errar y mentir, y es por eso que debe ser verificado. Aprovecho la oportunidad para disculparme por referirme a ella como una mujer dolida, palabras emitidas al calor de mi indignación por la falsedad de lo presentado y me desligo totalmente de cualquier amenaza que haya recibido, según las declaraciones que he leído, las que más parecieran de un grupo interesado en enfrentarnos innecesariamente.

Simultáneamente, al candidato calumniador lo reto a que se someta al polígrafo para confirmar o desvirtuar sus adicciones, las que podrían estar influyendo en sus declaraciones. Mi interés no es otro que demostrar que nuevamente el imputado, sobre el que no tengo la menor duda caerá el peso de la ley por su calumnia, siempre se escuda en terceros para desviar la atención de este proceso que concluirá pronto, a pesar de todos los retrasos de su parte ante la falta de pruebas, lo que hoy resulta más evidente.

La verdad y la razón nos asisten y con orgullo puedo ratificar mi criterio de que no me escudaré tras ningún fuero, por lo que reafirmo que me someteré a la ley y a las instancias que correspondan. Aunque vengan todas las mentiras, tenemos paciencia suficiente y nada que perder para ver el desfile de quienes por interés político o quizás hasta económico, hayan decidido tratar de mancillarnos ante lo inevitable: la declaración de culpable de un calumniador, que no es perfecto y por cuyas palabras falsas está sentado en el banquillo de los acusados».

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