El ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro, confirmó que el 70 % de los 48 estudiantes detenidos por su presunta vinculación con la pandilla “La Raza” son mayores de edad. En total, se trata de 34 adultos y 14 menores, quienes según las autoridades intentaban reactivar esta estructura criminal dentro de centros educativos del país.
La operación, desarrollada en conjunto con la Fiscalía General de la República (FGR), permitió desarticular un grupo que, según Villatoro, replicaba una organización típica de pandillas, con jerarquías internas y roles definidos. “La investigación refleja una conducta típica y característica de una pandilla”, dijo el ministro. Añadió que “La Raza” operó en el pasado en centros escolares y que durante años estuvo oculta, pero sus integrantes estaban activos en la captación de nuevos miembros.
El ministro insistió en que El Salvador no debe repetir “la triste historia de la postguerra” y pidió a los jueces actuar con firmeza. “Más del 95 % de jóvenes que han pasado por estos institutos han sido hombres de bien”, afirmó.
Por su parte, el fiscal general de la República, Rodolfo Delgado, amplió la información sobre el caso y subrayó la gravedad de las acciones del grupo. “Lejos de aprovechar las oportunidades educativas para construir un futuro positivo, eligieron un camino que puso en riesgo no solo a su propio futuro, sino también el bienestar de nuestras comunidades”, señaló.
Delgado informó que los detenidos enfrentan cargos por agrupaciones ilícitas, conspiración para delinquir, amenazas y otros delitos de tipo sexual. Además, reveló que el grupo se dedicaba también a la falsificación y alteración de monedas, las cuales eran distribuidas con la intención de intercambiarlas por moneda legal.
“El operativo envía un mensaje claro: nadie está por encima de la ley. No permitiremos que estas iniciativas prosperen ni que nuestra juventud sea arrastrada”, advirtió el fiscal general.
El Gabinete de Seguridad reiteró su compromiso de seguir trabajando con firmeza para prevenir y combatir toda forma de criminalidad, especialmente aquellas que buscan corromper a los jóvenes y desestabilizar el orden público.