Una de las principales operaciones de las fuerzas de seguridad del Gobierno dentro de la Fase 5 del Plan Control Territorial y la Guerra contra las pandillas son los cercos de seguridad focalizados en el municipio de Soyapango y en las comunidades La Granjita y Tutunichapa 1, en San Salvador.
Pese a la efectividad de la aplicación del régimen de excepción que ha desarticulado a las pandillas terroristas con más de 64,169 capturas, los cercos de seguridad en esas localidades, ordenados por el Presidente Nayib Bukele, tienen como fin extraer a los pandilleros fugitivos.
En el caso de Soyapango con el cerco de seguridad iniciado el 15 de diciembre pasado, fueron capturaron cientos de pandilleros, se recuperaron más de 800 casas usurpadas por estos grupos criminales y se les desconectaron servicios como internet, cable, energía eléctrica y agua potable que eran hurtados.
Colonias que por décadas fueron bastiones de pandillas, como el Reparto La Campanera, Las Margaritas, Bosques del Río, comunidad 22 de Abril, cantón El Limón, entre otras, ahora están libres del operar de estos criminales, tanto que el servicio a domicilio de comida y de otros productos, se ha reactivado.
En el caso de las comunidades La Granjita y Tutunichapa 1 por décadas fueron bastiones de pandilleros traficantes de drogas al menudeo. Eran consideradas fortalezas para ese negocio ilícito, con túmulos de seguridad, barricadas, comunicación por radio para dar alertas y delincuentes armados. El cerco de seguridad en ambas se implementó el 24 de diciembre pasado.
Los delitos en esas tres poblaciones y en el país en general siguen a la baja ante la efectividad de la Guerra contra las pandillas.
La Guerra contra las pandillas también ha llevado al Gobierno a construir el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en Tecoluca, San Vicente, con capacidad de recluir a 40 mil pandilleros.