Carlos Bruch: «Lo que voy a hacer a partir de hoy va con la dedicación más férrea de amor y entrega a mi país»

Ha sido editor de fotografía de El Diario de Hoy, y de El Universo, de Ecuador. También ha hecho fotografía publicitaria y artística aquí y en Europa. Hace unos años tuvo un grave accidente en motocicleta y el diagnóstico fue amputación de su pierna derecha; sin embargo, luego de siete operaciones logró recuperarse y hoy hasta baila.

Algunos de sus amigos han dicho que Carlos Hermann Bruch es “el quinto Beatles” por su parecido con John Lennon, pero más allá de ese aire a Lennon, comparte un espíritu libre y de rebeldía con el músico de Liverpool.

Bruch nació en San Salvador, es descendiente de una familia alemana y santaneca, y desde pequeño ha sentido pasión por el periodismo. Además de fotoperiodista ha sido entrevistador y muchos le recuerdan por una célebre entrevista a Schafik Hándal cuando el dirigente ya fallecido del FMLN competía por la presidencia de la República, y lo acusó de haberle tendido una emboscada en la entrevista. Luego de esa entrevista Carlos Hermann renunció a Canal 33.

Posteriormente, salió hacia Suramérica y luego a Europa, y de ahí de regreso a San Salvador donde quedó varado por la pandemia. Ahora está de regreso en el periodismo y a la vez aceptó una candidatura a diputado por el partido Nuevas Ideas. ¿Cómo piensa desempeñar ambos cargos que parecen tan distantes entre sí (el del periodista y el del político)? Esta, y otras preguntas las responde en esta entrevista para Diario La Página.

Antes que nada, cuéntanos cómo es tu infancia.

Lindísima. Tranquila y rodeado de naturaleza. Mis primeros cuatro años en una finca, por los tanques de Holanda. Andaba siempre solo, metiéndome entre matorrales y explorando.

Luego ya pasamos a vivir a la ciudad. No me gustó tanto. Me metieron a los siete años a los “boy scouts” y pude volver a la vida del campo cuando salíamos de excursión. También andaba para arriba y para abajo en la ciudad. Todo eso, para mi tristeza, se acabó a fines de los setenta, cuando comenzó la guerra.

En cuanto a tu familia qué nos cuentas.

Abuelo paterno alemán. Llegó a sus 25 años a El Salvador, después de haber tenido que pelear en la Primera Guerra Mundial y haber sido fuertemente herido, entonces decidió terminar su carrera de ingeniero eléctrico allá en Karlsruhe, Alemania, y luego aventurarse a venirse, solo.

Aquí se quedó toda su vida. Se casó con mi abuelita santaneca y tuvo cuatro hijos. Mi papá fue el tercero.

Por lado de mi madre, bisabuelo José Damián Rosales y Rosales nacido en Jucuapa, jurista amante de lo justo y la democracia, amigo y consejero político de César Sandino y Farabundo Martí. Se le opuso férreamente al dictador Martínez. Su hija, mi abuela de 95 quien vive aún y se encuentra muy lúcida, me ha contado desde niño las historias del bisabuelo.

Ella también ha sido quien desde mi niñez me hablaba de temas sociales.

Abuelo tecnólogo médico oriundo de Quezaltepeque. Otro amante de la naturaleza. Nos íbamos desde que tenía yo cinco años a hacer paseos de días enteros a caballo.

Y qué hay de tus estudios ¿Cuáles son tus primeras influencias?

El colegio lo hice desde kínder en los colegios alemanes de tres países: El Salvador, Colombia y Chile.

En Chile quise estudiar comunicación social. La fotografía la practico desde los 12 años. A los 18 ya profesionalmente. También trabajé mucho en producciones de video y audio.

Se podría decir que mis primeras influencias también vinieron de mi padre. El leía mucho. Literatura política, social. Y desde muy niño incentivó la conversación y la sana discusión filosófica, antropológica, política y económica.

Iniciaste desde muy temprano la fotografía. ¿Cómo te nace la pasión por este arte?

Pues desde muy niño, veía los periódicos, después aprendí a leer y los leía y los observaba mucho. A mi casa llegaban los cuatro: El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica, El Mundo y El Latino (ahora Co-Latino). Me embebía en las imágenes.

También leía otras publicaciones internacionales como Time Magazine, Newsweek, National Geographic y las enciclopedias que mi papá llevaba a casa. Eso, más observar siempre los álbumes fotográficos de mi familia, hizo que me fuera atrayendo mucho la fotografía.

Bueno, yo te conocí en El Diario de Hoy adonde llegabas en una motocicleta y cargando la cámara en una mochila ¿Cómo es tu ingreso a este periódico?

Trabajé un par de años antes en publicidad, pero no me alcanzaba a satisfacer ni realizar. La consideraba entretenida, pero una actividad que no me llenaba del todo en mis ansias de conocer al ser humano, los temas más sociales. Sabía que era acercándome al periodismo donde iba a encontrar eso. En una conversación con Fabricio Altamirano, quien por esos años (mitad de los noventa) tomaba las riendas de El Diario de Hoy, le comenté que me llamaba la atención el periodismo. Para mi grata sorpresa al día siguiente me dijo, ‘venite, necesitamos un editor fotográfico porque estamos rediseñando del periódico’.

¿Hay alguna fotografía de la que te arrepentís haber publicado?

No, ninguna. Siempre he creído que los lectores deben ser informados en las buenas y en las malas. Es la única manera de saber realmente lo que pasa.

Me sentía mal cuando publicábamos fotos de la violencia que vivía nuestro país. Varias veces tuve que fotografiar muertes injustas, producto de las políticas salvajes que eran la razón de ser de los políticos de antes.

Recuerdo que causó mucho revuelo la imagen de Andrés Súster siendo rescatado. Un joven que había estado secuestrado por las mafias que circundaban a su padre y socios. En más de un año de cautiverio salió desmejorado físicamente. Pero él mismo me autorizó a publicarla, a pesar de que sus padres se negaron al principio. El joven adolescente me dijo: quiero que vean cómo quedé, tal vez así ya dejan de haber secuestros en nuestro país.

Luego de El Diario de Hoy te vimos en la televisión haciendo entrevistas. Y hay una en especial que es memorable, cuando entrevistaste a Shafik Handal padre y lo sacaste de sus casillas.

Considero una entrevista como un acto real, sincero y donde no debe haber ningún tipo de filtros. Así como cuando converso con la gente, con mis cheros, mis hijos, la ejecutiva del banco…soy fotógrafo, soy realista y ese concepto lo llevo también al plano de las entrevistas cuando las realizo. A Shafik -padre- eso no le molestaba, hasta le gustaba porque sabía que yo no le tenía miedo ni le bajaba la cabeza, yo era más aguerrido que él sin necesidad de nunca haber empuñado un arma.

Pero esa vez, el septuagenario ex guerrillero y candidato a presidente del Fmln, parece que estaba bajo mucha presión por parte de su partido. Recordemos que el Frente nunca ha sido recto ni con su misma gente. Y ante una pregunta del público invitado, que eran siempre jóvenes (¨Generacción¨ era el programa de entrevistas que creé y dirigí para que los jóvenes se soltaran intelectualmente) el mítico ex guerrillero estalló. Arengó, amenazó e insultó a los jóvenes del público. A mí me acusó de hacerle una emboscada (su palabra favorita cuando le acorralaban intelectualmente y entonces echaba mano de la terminología de su triste época como combatiente). Luego pidió que ese programa, que eran pregrabados por temas meramente técnicos, pero bajo la promesa de cero edición, no se transmitiera. Una clara petición de censura de contenido conocido previamente, que de inmediato le rechacé. Pero Nacho Castillo para entonces director del Canal 33, quien siempre quería quedar bien con los políticos, ya que se tenían sus tratos raros, accedió y no transmitió el programa. No sin antes ofrecerme partirme la cara (hay testigo de esto, hace poco lo vi en Canal 10) si yo lo decía.

Igual lo hice y de inmediato. Denuncié la censura y puse mi renuncia irrevocable. El presidente del canal Don Mauricio Loucel me llamó y me pidió que le contara mi versión. Después de escuchar la de Castillo, optó por transmitir el programa íntegro una semana más tarde. Llama la atención que la APES -como es costumbre- no sentó postura definida ante la censura.

También te vimos haciendo un programa de debate ‘Bruch vs. Bruch’ en el que prácticamente te enfrentabas a tu padre, o más bien, se enfrentaban uno al otro.

Un programa donde mi padre y yo hacíamos ante las cámaras lo mismo que cuando nos reuníamos en tertulias familiares de discusión e intercambio de diversos temas. Ahí hablábamos de la corrupción galopante de ARENA y FMLN, así como de la contingencia nacional. El formato del programa llamó mucho la atención. La sociedad de ese momento aún tenía una postura patriarcal. Mi padre por el contario, quien no se crio bajo el proceder del machismo latinoamericano, incentivó siempre la discusión y el debate.

A estas alturas ¿extrañas las salas de redacción?

Sí, mucho. Quien las ha conocido sabe que ahí se crean lazos potentes, familiares casi. Y que desde ellas se puede mejorar el entorno de un país. Siempre que el periodista tenga una postura firme e íntegra. Y no sometida a los dueños.

Hace un momento te mencionaba que te recuerdo llegar al periódico en motocicleta, pero luego supe que tuviste un accidente grave. ¿Quieres hablar de ello?

Las motos siempre me han gustado. Te crean una sensación espiritual de libertad. Una vez una persona irrespetó una señal de tránsito y embistió una de mis piernas. Tuve un diagnóstico de amputación. Pero los médicos que me atendieron, el gran ortopeda nacional Leopoldo Ávila Guerra a la cabeza, luego de siete operaciones en un período de medio año, lograron que yo volviera a caminar saltar y sobe todo bailar, que es algo que me gusta hacer.

Después de eso sales del país y te radicas fuera. Cuéntanos de ese viaje. ¿Qué hacías para vivir?

Por lo mal que los gobiernos areneros fueron haciendo en este país, donde lo único que lograron fue sembrar caos mediante políticas ocultas que incentivaban la violencia para así ellos lucrarse directamente de, optamos con mi familia salir de aquí en los nefastos años de Toni Saca.

Tuve la suerte que el diario El Universo del Ecuador me ofreció el cargo de Editor Jefe de Fotografía. Así que agarramos maletas y salú. Yo no quería que mis hijos siguieran creciendo aquí viendo la sangre promovida por el gobierno de los dabuissonianos.

Estuvimos unos años en Ecuador y luego nos trasladamos a Madrid. Ahí nos agarró la crisis económica. Siempre con mi cámara y buen espíritu salí avante. Luego saltamos a Alemania. Yo quería vivir en el lugar de nacimiento de mi abuelo. Ahí hice trabajos principalmente de fotógrafo. Pero también fui bartender en Ramstein y asistente de cocina y de panadería en Bremen. He recorrido casi todo ese país y buena parte de Europa tomando fotos, es una zona muy linda de nuestro mundo y con gente muy trabajadora y respetuosa de sus leyes, por eso funciona muy bien en sociedad. El ser humano tiene ahí prioridad sin importar apellido, raza ni condición social. Por eso es la economía más sólida del mundo.

Y después de andar tanto, regresar a El Salvador y no solo eso: te quedas e ingresas a la política. ¿Cómo es esta faceta?

En septiembre de 2019 mi padre me anunció que iba a morir por una enfermedad grave a sus pulmones. Me dijo: ‘tengo mis maletas listas, aquí ya hice lo que me propuse y voy a comenzar a preparar mi viaje’. Le dije entonces, ‘yo te voy a acompañar en esos últimos tiempos, mi viejo’. Y me vine en enero de 2020. Estando aquí me di cuenta de la trascendencia que la partida de mi padre me invitaba a seguir. Él siempre fue un idealista. Pero que se vio muy presionado por un entorno casi mafioso que pretendía que él no denunciara lo que consideraba pertinente para que nuestro país saliera de medio siglo de atraso provocado por el duopolio partidocrático. En su lecho de su muerte le prometí hacer lo que a él le había dejado pendiente. Eso, más mi férrea intención de acompañar un proyecto que rompió definitivamente con el tóxico bipartidismo es que me hizo quedarme y aspirar en mi partido, Nuevas Ideas, al cargo de diputado. Cosa que las bases me confirieron dándome la responsabilidad de representar la casilla N.2 en las elecciones del 2021.

¿Cómo es el ingreso a la política partidaria? ¿Cómo es ese momento en el que dices, bueno, voy a entrar a este partido?

Desde la perspectiva de mi partido, muy linda. Optimista y llena de la firmeza de sentir el apoyo de un pueblo que se cansó de haber sido burdamente engañado y maltratado por varias generaciones de agrupaciones gangsteriles que se metieron a la fuerza al poder. Dejando un país devastado casi en su totalidad, partiendo por lo más significante: la dignidad humana que fue lo que se encargaron de socavar desde que se inventaron una guerra que los lucró a ellos a manos llenas. Haciendo que murieran personas humildes, engañadas por esas tonteras de ideologías que en el planeta entero hace rato quedó probada su disfuncionalidad e incompetencia en la conducción de los Estados.

Vaya, y ahora ya estás de nuevo donde iniciaste: en el periodismo. ¿Qué se siente regresar a las comunicaciones?

Una emoción como cuando se hace el amor. Si lo haces con la persona indicada, no quieres detenerte nunca. Yo amo mi oficio de comunicador y lo que voy a hacer a partir de hoy, diariamente, va con la dedicación más férrea de amor y entrega a mi país, para que termine de salir de un proceso que ya ha sido un éxito y ahora solo debe solidificarse.

¿Cómo vas a sobrellevar tu carrera como político y como entrevistador?

Con la entereza de decir siempre la verdad, que ahora y luego de mucho sufrimiento provocado por inescrupulosos políticos se hace muy necesario, ya que la oferta de empresas privadas se ha vuelto oxidada y claramente sin rumbo. Hay mucha desinformación de los medios SA de CV.

Hagamos un tiro al plato. A ver:
Fidel Castro
Mi barba ya es más blanca que la de él.
Diego Armando Maradona
¡Cuánta alegría le dio a mi corazón desde que lo vi jugar la primera vez!
Nuevas Ideas
El ave fénix de la realidad salvadoreña
El periodismo es…
Una profesión afrodisíaca
ARENA
Mafia
FMLN
Los mandaderos de las mafias, que recogieron sus últimas limosnas
Duarte
Me contaba mi abuelito que jugaba bien al basketbol junto él. Quizás hubiera hecho mejor carrera ahí que en la política.
El Salvador
El nuevo titán de América
Roque Dalton
El joven rebelde en cada salvadoreño, aun en los que siguen y seguirán naciendo.