No hay distancias si la historia es rotunda. Por eso el ilustrador vasco Dani Fano tuvo claro que ni ocho océanos podrían impedirle hacer «Los doce nacimientos de Miguel Mármol«, un cómic directo y realista que cuenta la increíble, pero cierta, vida de este activista salvadoreño.
Basado en textos de Roque Dalton y Eduardo Galeano, esta obra publicada por Astiberri, en castellano y euskera, es «una pedrada» de Fano, según reconoce en una entrevista con Efe entre risas porque fue leyendo lo que ambos autores escribieron sobre «Miguelito» cuando se cayó rendido ante la vida de este líder sindical obrero.
«Y se me ocurrió la posibilidad de hacer un libro, aunque me faltaba una pieza que era la que puso el Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI) de El Salvador, porque desde aquí (San Sebastián) no me sentía capaz de hacerlo. Contacté con el director del museo y ese mismo día tenía un mensaje diciéndome que sí», recuerda.
Comenzó así una aventura que ha durado ocho años y en la que, enamorado hasta los huesos del «marxismo mágico» de Mármol, se sumergió en este personaje hasta el punto que de los textos de Dalton y Galeano viajó a El Salvador para entrevistarse, entre otros, con Miguel Mármol hijo, una de las personas que más le han ayudado para recuperar la «memoria histórica» no sólo de este «ave fénix», sino de todo el país latino.
Porque detrás de las once veces que le visitó la muerte, y de las mismas once veces que logró escaparse de ella, está la historia de lucha de todo un pueblo por las libertades obreras y sociales.
El cómic recoge desde su nacimiento en 1905 y su infancia como hijo de una madre soltera, hasta como siendo un joven zapatero empezó a organizar sindicatos y federaciones obreras. Una historia que continúa hasta 1930, cuando funda con otros compañeros el Partido Comunista Salvadoreño y viaja a la URSS a conocer de cerca la revolución soviética.
De allí regresa a su país en 1932 para participar en el alzamiento indígena y obrero contra el Gobierno dictatorial del general Martínez. Fue entonces cuando sobrevivió a un fusilamiento y posterior remate a machetazos, un momento que se considera su mayor nacimiento.
Según cuenta el autor del cómic, el libro escrito por Dalton («Miguel Mármol, los sucesos del 32») se queda en 1954, por lo que había «30 años» sin contar por el escritor y él los tuvo que completar a través de esas entrevistas a personas de su entorno y a documentos oficiales.
Por eso en «Los 12 nacimientos de Miguel Mármol» hay capítulos hasta ahora no tan conocidos como su «octavo nacimiento»: «después de pasar 8 años en la cárcel le liberan y sus compañeros de partido desconfían de él porque creen que lo han liberado por traición. Entonces se encuentra sin trabajo y en un momento de desesperanza del que también renace».
Un espíritu de supervivencia que relaciona con la «energía telúrica salvadoreña» que reina también en los guerrilleros a los que ha entrevistado, «luchadores incansables» como Miguelito que, sorprendentemente para él, no son conocidos por los jóvenes del país.
«En una charla de la Universidad de Sonsonate les pregunté a un grupo de alumnos si le conocían, pero no le conocía nadie. Luego les comenté que quién leía cómics y si les gustaba Batman, y les dije que Miguelito era su Batman, y lo han acogido muy bien», recuerda.
Fano (San Sebastián, 1968) ha acudido al blanco y negro para desarrollar esta historia real, y se ha ayudado de la paleta de grises para sacar cada arruga de sufrimiento, dolor, lucha y felicidad de este hombre, un guerrero de los derechos sociales que, como su apellido, fue duro y fuerte hasta el final de sus días.
Miguel Mármol murió en El Salvador de causas naturales en 1993, un año después de la firma de los Acuerdos de Paz.
https://www.youtube.com/watch?v=Lm4LEd-L6o4
No cabe duda que Miguel Mármol fue el hombre más sufrido de la época del psicópata Martinez, porque el gran montón que Martinez fusiló ahí mis terminó su miseria, en cambio Mármol siguió sufriendo. Miguel Mármol; un verdadero ejemplo de como debería ser y actuar cada ser humano.
Yo le recuerdo a él en sus últimos años de vida. Un señor cayado, un adulto mayor con tantas historias por contar. Yo, solo un niño que visitaba la tienda. Un pequeño negocio de su familia sobre la Calle Gerardo Barrios. Mi papá, me decia: a él, le intentaron matar en esa casa con una bomba. Pero sus potenciales asesinos, la detonaron en otra a varias metros de ahí, porque no conocían su dirección exactamente.