El 2 de mayo de 1912 marcó un antes y un después en la historia de El Salvador con la llegada del primer avión al país, convirtiéndose en una de las naciones pioneras en la región centroamericana en recibir una demostración de vuelo. El aparato, un Deperdussin con motor Gnome de 50 caballos, fue piloteado por el aviador francés Francois Durafour.
Aquella jornada histórica se desarrolló ante la mirada asombrada de cientos de salvadoreños que presenciaron las maniobras de Durafour. Su visita, junto a la de otros aviadores franceses e italianos, despertó un profundo interés por la aviación en todas las clases sociales, dando origen a una admiración que se extendería por generaciones.
Hoy, 112 años después, El Salvador recuerda con orgullo este momento que abrió el camino para el desarrollo aeronáutico del país y lo inscribió en la historia de la aviación de América Latina.
