“Parte de las cosas que yo he hecho, las hice porque yo creí que iba a morir joven”. Con esta contundente afirmación, el músico, compositor, actor, candidato a la presidencia de Panamá y activista, Rubén Blades, resume lo que, hasta ahora, fueron más de 50 años de carrera. La frase se desprende de una escena del documental Yo no me llamo Rubén Blades, dirigida por el también panameño Abner Benaim, que realiza un repaso a la polifacética vida del denominado intelectual de la salsa. La cinta se estrenó el jueves en Panamá y se encuentra en cartelera desde este viernes en las salas Cinépolis en México.
Benaim era seguidor de la música y las letras de Blades mucho antes de conocerlo. El documental comenzó a gestarse hace nueve años, cuando el director terminó Chance (2009), su ópera prima. Quería mostrársela al cantante, que en ese entonces fungía como Ministro de Turismo de Panamá, y este aceptó. Lo invitó a su casa y en los primeros 25 minutos de la visita comenzó a contarle toda su vida, “como si yo no supiera quién era él”, recuerda el realizador vía telefónica. “Viéndolo hablar, dije, aquí hay un documental, aquí hay una persona que tiene algo muy interesante que contar”, agrega.
A medida que la amistad fue desarrollándose más, cada que Benaim se sentaba a escuchar a Blades, este empezaba a contarle unas anécdotas “impresionantes”. Muchas de ellas involucraban a artistas de la talla de Tito Puente, Celia Cruz, el boom de la música salsa en Nueva York durante los setenta –promocionado por la discográfica Fania–, además de sus interacciones con Lou Reed o Bob Dylan. “Le dije, Rubén, yo no puedo estar aquí escuchándote como si nada y sin cámara. Hasta que un día le dije, ya es en serio, vamos a empezar el documental y él dijo: ‘Está bien, dale’. Y ahí arrancó, fue una cosa muy orgánica”, cuenta Benaim.
El documental recorre 50 años de carrera del artista –con más de 200 canciones escritas, 40 álbumes, 17 premios Grammy, actuación en películas y series, sus estudios de derecho en Harvard, además de una etapa en la arena política–, quien recorre sitios de su infancia en Panamá y habla del primer tema social que escribió en 1969 y cómo nacieron otros, cómo comenzó en la música y lo mejor que obtuvo en ese tiempo, “la inversión que hice en mis amigos y en mis amigos músicos”, según dio a conocer el músico a EFE durante la presentación del filme en el Festival de Cine Latino de Nueva York, la pasada semana.
Por esa razón, no es raro que en el documental figuren testimonios de músicos, colegas y amigos de Blades, tales como: Gilberto Santa Rosa, René Pérez, Residente, Sting, Paul Simon, Larry Harlow, entre otros. En ese sentido, el desafío y reto más grande que tuvo que afrontar Benaim, según admite, fue que el filme pueda llegar a estar a la altura de la “grandeza del personaje”. “Por la cantidad de posibilidades que tiene una carrera como la suya, es difícil escoger qué entra y qué se queda afuera, porque no se puede ser enciclopédico, no se puede escribir todo. Quise que la película resuene a nivel emocional y no sea tanto una visión académica de su historia o un análisis de su obra, sino un retrato más a nivel emocional, que conecte”, añade el realizador.
Testamento hecho
Pero el filme gira también entorno a la muerte y la importancia de la vida. Una de las preguntas más importantes del filme la realiza el mismo Benaim, cuando le cuestiona al autor de Pedro Navaja por qué accedió a hacer el documental. El exministro de cultura panameño responde así: “Yo tengo mi testamento hecho. Esto [el documental] es una parte de mi testamento. Es decir cosas que son importante de decir, porque si no las digo y no las aclaro ahora, otros van a tratar de interpretarlas y no va a ser lo mismo”.
Para Benaim fue una gran responsabilidad y espera que ese deseo de Blades de dejar un legado audiovisual de su vida plasmado en un filme, pueda ser satisfecho. La cinta aún no fue vista por su protagonista. El director le contó a EFE que el compositor le dijo que la verá cuando cumpla 75 años, dentro de cinco años. “Espero que él mismo sea sorprendido por lo que sale en el documental, que se pueda aprender algo al verlo, sobre ser artista, sobre ser latino. Creo que hay algo mágico en el cine, que tiene esa función que, mientras él esta diciendo eso, nosotros captamos dónde lo dice, en qué momento lo dice, cómo se ve al decirlo y hay toda una serie de información que en cinco, 10 o 20 años va a tener otro valor al que vemos ahora en el presente”, dice el realizador.
En pasado marzo, durante la presentación del documental en el Festival South by Southwest (SXSW) –en Austin, Texas–, el también escritor reconoció que no había visto el documental, puesto que confiaba en el trabajo de su compatriota. “Además, ya no soy capaz de soportarme viéndome a mí mismo durante una hora y media», dijo Blades en tono de broma durante la conversación que sostuvo con los medios presentes para la exhibición.
La película ya hizo su recorrido en al menos 15 festivales, en los cuales ganó dos premios a Mejor Documental, uno en el CineFestival San Antonio (EE UU) y otro en Enfoque International Film Festival (Costa Rica), además del premio de la audiencia en el South By Southwest. Su estreno en Perú y Colombia está previsto para el 13 de septiembre, mientras que para Costa Rica y Guatemala la fecha señalada es para el 20 del mismo mes.