La obra titulada “Comediante” del artista italiano Maurizio Cattalan causó furor el pasado fin de semana en Art Basel Miami, la feria de arte contemporáneo más grande del mundo. La pieza destacó por ser una banana o plátano natural, pegada con cinta adhesiva gris a una de las paredes del stand. Pero ahora fue el actor Vin Diesel quien decidió hacer su propia versión, con una fotografía muy sensual de su torso.
El protagonista de Rápidos y Furiosos presumió que a sus 52 años tiene el cuerpo marcado por el intenso ejercicio que realiza. Pero lo más impactante de la imagen es que el famoso sólo está cubierto por una manta blanca en la que aparece la fruta utilizada por artista italiano y que fue comprada entre $120.000 y 150.000 por ser piezas únicas.
Diesel añadió en su publicación: “Haha… @michaelmuller7 #ArtBasel #dadbod”.
La imagen fue captada por el director cinematográfico Michael Muller, quien también compartió la instantánea en sus redes sociales al lado de varios emojis de plátanos.
La fotografía compartida hace unas horas generó al menos 1.594.047 Me Gusta y cientos de comentarios de los seguidores del actor conocido por interpretar a Dominic Toretto, en la franquicia de autos más famosa y mejor vendida del mundo.
“¿Por qué está en ese ángulo?”, “Dios mío, entonces me matas…”, “A cuánto ese cuadro” y “Yo aquí siendo buen compá”, fueron algunos de los comentarios de los internautas que se sorprendieron con la recreación de la obra de arte “Comediante”.
A principios de este mes, el artista italiano Maurizio Cattalan sorprendió a todo el mundo cuando en el Art Basel Miami presentó tres piezas únicas de la obra titulada “Comediante” y fue su aporte a una feria de arte en 15 años.
La obra de Cattelan -quien se hizo célebre fuera de los circuitos habituales del arte con su inodoro de oro- fue presentada durante la visita privada a la feria que se hace antes de la apertura al público por Perrotin, la galería de arte contemporáneo de París que trabaja hace 27 años con el artista italiano.
La periodista Sarah Cascone señaló en su artículo del sitio web Artnet que la compradora de la primera obra era una clienta francesa, habitual visitante de la galería Perrotin, que nunca antes había comprado una obra de Cattelan. El segundo comprador también es supuestamente un francés.
Una de las piezas sufrió un destino sorprendente: un artista presente en la exhibición se la comió frente a todos los demás espectadores.