“Me perdí parte del espectáculo, pero obviamente no me disgustó”, fueron las palabras del amigo de Maria Eduarda Mendes, una fanática brasileña de Taylor Swift. Y es que uno de los conciertos de la cantante estadounidense en En Río de Janeiro estuvo a punto de convertirse en una sala de parto inesperada para la joven, según G1.
Con las luces del estadio Engenhão listas para el espectáculo, Mendes esperaba vivir una noche de música inolvidable, pero lo que no imaginó es que el destino le tenía preparada la mayor sorpresa de su vida: convertirse en madre.
Desde horas de la mañana del domingo, la mujer de 24 años comenzó a sentir dolores que confundió con cólicos. Sin embargo, optó por no darle importancia y viajó desde Cabo Frío a Río de Janeiro para ver a su ídolo.
“Era un dolor intermitente, y nunca imaginé que pudieran ser contracciones. Estuve desde las 10 de la mañana hasta que abrieron las puertas, esperando que el dolor desapareciera”, relató María Eduarda para el medio carioca G1.
Pero eso nunca ocurrió. Los dolores no desaparecían y se intensificaron al llegar al estadio. Tras sufrir contracciones cada vez más fuertes a medida que avanzaba la fila de ingreso al estadio, la joven buscó alivio en uno de los baños del recinto. “En cuanto llegué a las sillas, el dolor se intensificó, y pedí a mi amigo que ocupara mi lugar para poder ir al baño. Fue entonces cuando sentí que la bolsa se rompía. La contracción fue intensa”, recordó.
Aunque no logró presenciar el concierto, un giro del destino llevó a María Eduarda a solo escuchar la música de Taylor Swift mientras se dirigía al Hospital Salgado Filho en una ambulancia para realizarle una ecografía y posteriormente a la Maternidad Carmela Dutra, en donde nació su hija, a la que llamó Maria Flor.
La sorpresa fue aún mayor cuando el médico le informó que estaba en la semana 40 de embarazo, del cual no tenía idea. “Solo tenía que pujar para un parto normal. Fue una sorpresa total. Tenía la regla. Nada me hacía pensar que esto ocurriría, y menos en el show”, compartió la joven madre. “Cuando llegué a la maternidad, ya tenía ocho centímetros de dilatación”.
Su amigo Fernando Júnior, de 23 años, fue testigo de todo el proceso, incluso cuando creía que los dolores de Mendes eran meros calambres. Al ver que no regresó de los servicios médicos del estadio, Fernando descubrió que la habían trasladado al hospital, donde pudo acompañarla durante las últimas fases del parto.
Incrédula de su situación, Maria Eduarda no había experimentado los signos típicos de embarazo y su figura no mostraba las evidentes curvas de una mujer a punto de dar a luz. Fue tan sorpresiva la situación que, según cuenta, solo cuando el médico confirmó mediante ecografía un embarazo a término cayó en cuenta de su realidad.
Lo que para muchos podría ser un evento traumático, para Maria Eduarda resultó ser un momento de emoción y felicidad pura. A pesar de perderse gran parte del concierto, la joven resaltó la felicidad que sintió al oír los latidos de su hija por primera vez.
“A pesar de todo en ese momento, realmente quería que estuviera bien y sana. Ahora quiero centrarme en la salud de mi hija, que esté al 100%, y quizá algún día pueda llevarla a un concierto de Taylor”, contó la mamá, que guarda con cariño la pulsera del recital con las marcas del nacimiento.