El séptimo arte a lo largo de la historia le ha dado al mundo del entretenimiento y la cultura popular un sinfín de producciones que han trascendido a la vida cotidiana. Desde los actores que les dan vida a todo tipo de personajes, las tramas de diferentes géneros cinematográficos, así como el cariño que se le puede tener a un título por las ideas materializadas, han marcado a generaciones de por vida.
Contrario a lo que en ocasiones se piensa, las historias detrás de las grandes producciones de Hollywood no se limitan únicamente a las enardecidas historias de amor, las épicas batallas o las comedias que pueden apreciarse en la pantalla grande. Sino que el detrás de cámaras de cada filme es por sí mismo toda una experiencia.
Quién no ha escuchado de la falta de química entre algunos actores de reparto en ciertas películas o de escándalos referentes a sus productores o empresas. Pero lo que aquí contaremos es por mucho muy diferente, pues eliminar una película casi en su totalidad a poco tiempo de su estreno ya anunciado es algo que le pasó a una de las máximas casas de entretenimiento en el mundo: Disney y Pixar.
La popular casa del ratón más popular del planeta tiene una de las historias menos conocidas pero más impactantes. Todo comenzó durante la grabación de una de sus películas más importantes en la historia: Toy Story 2.
Rondaba el año de 1998 cuando alguien en los estudios de Pixar en Richmond, ejecutó por distracción la opción “remover” en su computadora y en tan solo unos segundos perdió casi por completo todos los archivos de Woody y Buzz Lightyear, incluyendo el trabajo de todo el staff de producción.
Tal vez en la actualidad sería difícil pensar que un apretar erróneamente una opción no podría ser motivo suficiente para perder un arduo trabajo de mucho tiempo, ya que muchas de las nuevas tecnología cuentan con todo tipo de formas para respaldar un archivo, sean fotos o videos.
Actualmente existen todo tipo de copias de seguridad que hacen los teléfonos inteligentes, incluso, se habla constantemente las “nubes” digitales qué Google o Apple tienen de forma gratuita o paga. Pero, para ese año nada de eso existía y por muy rigurosos que eran los protocolos para cuidar todo el proceso de una película, era mucho más fácil que se pudiera perder todo con solo un error y que no se contaran con respaldos digitales o segundas copias, pues se consideraba que podía ser filtrada o vendida la información.
Oren Jacob, director técnico asociado de Toy Story 2, contó en una entrevista a TNW que estaba buscando una escena concreta de Woody cuando el colapso inició.
Y es que, para asegurar que todo lo relacionado a uno de los vaqueros más famosos en la historia estuviera en óptimas condiciones, Jacob intentó ver completa la imagen en el ordenador, pero al aparecerle una opción que le marcaba error, indicando que el directorio no existía, se percató de que el contenido del filme estaba comprometido o que el aparato ya no funcionaba.
Primero pensó que la habían movido algún botón del cual no tenía conocimiento o no comprendía si sólo era un error técnico que podría tener solución, pero su asombro y miedo creció cuando notó que poco a poco más escenas, atributos de los personajes e ítems comenzaban a desaparecer al grado de que todo el producto marcaba como no reconocido o como si jamás hubiera estado, pese a que la película ya estaba anunciada e incluso la compañía publicitaria arrancaba unos días después.
“Unas 150 personas están trabajando en la animación, el modelado y el montaje de la que esperan que sea el próximo gran éxito del estudio de animación de la creadora de otros grandes clásicos como La Sirenita, La Bella Durmiente y Encanto (ganadora del Oscar 2022 a mejor película animando) sin embargo, alguien de esas 150 personas ejecuta un rm –rf en su ordenador; no lo sabía pero acababa de provocar la pérdida del 90% de la producción de Toy Story 2, la secuela de una de las sagas más importantes, exitosas y comercialmente hablando dentó del top 5 de los productos que más ingresos le ha generado a la empresa del ratón en su historia, según la revista Forbes”, contó Oren.
Pero aunque la tragedia ya había acontecido, no todo estaba perdido, pues casi como un milagro apareció Galyn Susman, una trabajadora de la compañía que recién había tenido un bebé.
Debido a su permiso de maternidad, la mujer estaba laborando desde casa y por ende Pixar le había dado un equipo completo que contaba con un respaldo de la película entera, para que ella pudiera seguir con sus actividades desde el hogar.
Asimismo, Galyn recibía periódicamente las actualizaciones del filme, por lo que el equipo de producción acudió a la casa de la mamá, tomaron en el equipo para llevarlos a la empresa y cuando lo encendieron se percataron de que estaba actualizado casi en su totalidad. Sólo tuvieron que poner manos a la obra, ordenar los archivos y echar las maquinarias a andar para que pudieran terminar como tenían previsto una de las historias infantiles más entrañables de la historia.