La actriz de 49 años fue diagnosticada con esclerosis múltiple en 2018 antes de someterse a un arriesgado trasplante de células madre hematopoyéticas (HSCT) de dos meses para tratar de reactivar su inmunidad y se ha «sentido muy bien» a pesar de una reciente recaída.
En una actualización de video a UsWeekly, la actriz dijo: «Hola. Mucha gente me ha preguntado por qué me encuentro tan bien y por qué mis movimientos son tan diferentes. Estoy realmente emocionada. Quiero que la gente sepa que, aunque sigo en remisión y me siento muy bien, después del trasplante de médula ósea tuve una recaída importante».
La estrella de ‘Crueles intenciones’ también explicó que una resonancia magnética «iluminó el brote» y mostró «nuevas lesiones», por lo que tuvo que buscar un nuevo médico, pero se sintió afortunada de haber encontrado uno «genial» que le recetó algunos medicamentos que han mejorado su habla y movimiento.
Así lo afirmó: «Gracias a Dios que encontré un gran médico aquí en West Hollywood, el Dr. Berkovich. Sólo eran pastillas. Así que las tomé, un par de series cortas de comprimidos, y en dos años la terapia estará terminada. Se llama Mavenclad. Ha sido increíble y ayudó tanto a mi movimiento y el habla, y me ha permitido tener un gran verano, grandes años. Necesito que todos lo sepan. Adiós».
La actriz de ‘Legalmente rubia’ señaló recientemente que se alegra de haber hecho pública su afección neurológica -que afecta al cerebro y provoca síntomas como problemas de visión, movimiento de brazos o piernas, sensibilidad o equilibrio-, especialmente ahora que sus compañeras Christina Applegate y Jamie-Lynn Sigler también lo han hecho y documentan sus luchas contra la enfermedad en el podcast ‘MeSsy’.
Dijo: «Están siendo muy abiertas sobre sus experiencias. Me encanta que lo hagan. Las dos son buenas amigas mías. Me encanta escucharles pasar el rato y descubrir más información al respecto».
