La actriz de 52 años fue diagnosticada con esclerosis múltiple -una enfermedad que puede afectar el cerebro y la médula espinal- en 2018 antes de someterse a un arriesgado trasplante de células madre hematopoyéticas (HSCT) de dos meses para tratar de reactivar su sistema inmunológico, y ahora se está «sorprendiendo a sí misma» después de subir al ring con Freddie Roach.
Según declaró a UsWeekly: «Obviamente, no podría ser más novata, pero me lo tomo muy en serio y realmente quiero ser una buena luchadora. Me encanta sorprender a la gente y sorprenderme a mí misma. Hay algo sobre Freddie Roach, sabiendo que es un luchador y que lo ha hecho realmente bien consigo mismo, neurológicamente. Sólo permanecer en su presencia y permanecer en su fuerza, y ser capaz de aprender algo de alguien que es un verdadero maestro. Incluso llegar a jugar en esto como lo que soy y llegar a sentir que realmente quiero hacer esto. Lo entiende. Lo digo para halagarme a mí misma porque a todos nos gustaría que hubiera un poco más de Freddie Roach en nosotros. Quiero estar en buena forma, bien emocionalmente, rehacer algo de equilibrio y aprender a usar mis brazos en tándem con el resto de mí que se está haciendo más fuerte. Así que, en realidad, se trata de resistencia y de intentar aumentar el estar despierto para todas las cosas que tengo».
Mientras tanto, la estrella de ‘Legalmente Rubia’ tiene un hijo de 13 años, Arthur, con su ex pareja Jason Bleick y admitió que ha sido «tan duro» y se ha «inspirado» en él a lo largo de los años.
Ella dijo: «Es tan duro. Siempre hemos estado muy unidos y hemos luchado mucho, porque yo era como mamá y papá, y papá era como mamá y papá cuando estaba con él. Era muy duro conmigo. Ver lo fuerte que es, lo bueno que es en las cosas, fue inspirador. Yo solía ser así. Quiero tomarme esto en serio. Quiero trabajar con la gente que ha desafiado todo eso, que han sido los mejores en su juego».
