Por primera vez, varios instrumentos científicos ubicados en la superficie de la Tierra, la Luna y Marte registraron una poderosa actividad solar que pudiera resultar un obstáculo para estancias prolongadas en futuras estaciones lunares o marcianas.
Eyecciones de masa coronal
El violento estallido de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) ocurrido el 28 de octubre de 2021 se sintió simultáneamente en múltiples cuerpos del Sistema Solar, a pesar de que la Tierra y Marte se encontraban en lados contrarios de su elipsis en ese momento. Las detecciones permitieron a los científicos estudiar la forma en que se propaga el material de una CME y los efectos en varios puntos del Sistema Solar interior.
El impacto producido en la superficie de la Tierra por causa de ese acontecimiento fue prácticamente insignificante. Sin embargo, en la superficie de la Luna se registró una medida de radiación equivalente a 17 miligray. Mientras tanto, en la superficie de Marte fue de 0,3 miligray.
Un riesgo significativo para las misiones espaciales
La radiación espacial proveniente del Sol constituye un riesgo significativo e inevitable para la salud de las tripulaciones de los viajes espaciales. Se estima que una exposición a partículas de una poderosa CME (de alrededor de 700 miligray) podría causar enfermedades por radiación. Y si fuese de alrededor de 10 gray, podría resultar fatal en apenas una quincena de días.
La atmósfera de la Tierra protege de ese peligro, pero ni la Luna ni Marte tienen atmósferas suficientes para proteger a los astronautas contra la radiación solar. Los exploradores espaciales que pasan mucho tiempo en ese entorno ambiental pueden experimentar un mayor riesgo de enfermedades inducidas por la radiación.
«Nuestros cálculos de los últimos eventos a nivel del suelo muestran que, en promedio, un solo evento cada 5,5 años puede haber excedido el nivel de dosis segura en la Luna, si no se hubiera proporcionado protección contra la radiación», comentó el astrónomo Jingnan Guo, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, quien dirigió el análisis. «Comprender estos eventos es crucial para futuras misiones tripuladas a la superficie de la Luna», agregó.
Señales de advertencia
Dado que esas partículas tardan un tiempo en llegar a la Tierra después de que ocurre una tormenta espacial, se sabe con horas y días de antelación su momento de impacto. Este aviso puede ser crucial para la sobrevivencia de los exploradores espaciales.
La investigación se publicó el pasado miércoles en Geophysical Research Letters.