Desde que ocurrió la tragedia del sumergible Titán hace unos meses, parecía inevitable que se quisiera explorar esa historia en una película, e incluso corrió el rumor de que James Cameron (director de Titanic ) la iba a hacer, pero él mismo refutó el rumor bastante enojado. Ahora es una realidad, pues Deadline ha reportado en exclusiva que MindRiot Entertainment está desarrollando una cinta que será co-producida por E. Brian Dobbins (The Blackening, Black-ish.
La película sobre Titán será escrita por Justin MacGregor y Jonathan Keasey, y tratará de los períodos antes, durante y después de la tragedia. Keasey declaró que se honrará la memoria de las víctimas mientras que al mismo tiempo se hace una crítica a los medios de comunicación, que explotaron el incidente:
La tragedia del Titán es otro ejemplo más de un sistema mal informado y rápido para atacar, en este caso, nuestro ciclo mediático ininterrumpido, 24 horas al día, 7 días a la semana, que condena y arruina las vidas de tantas personas sin el debido proceso. La verdad es lo único que importa. Y el mundo tiene derecho a saber la verdad, siempre, no el cebo lascivo que nos meten en la garganta quienes buscan sus cinco minutos de fama. La vida no es blanco y negro. Es complicado. Hay matices. Siempre matices.
¿Cómo fue la tragedia del sumergible Titán?
El 18 de junio de 2023, el Titán, un batiscafo experimental operado por OceanGate, sufrió un fatal accidente en el Atlántico Norte mientras realizaba una expedición turística para observar los restos del Titanic. El sumergible, diseñado para descender a 4 km de profundidad, transportaba cinco personas y perdió comunicación una hora y 45 minutos después de su inmersión, provocando la activación de protocolos de búsqueda y rescate.
Este vehículo, pese a su avanzada tecnología y materiales de construcción como fibra de carbono y titanio, había generado preocupaciones en cuanto a la seguridad, ya que OceanGate evitó procesos de certificación, argumentando que obstaculizaban la innovación. Los turistas a bordo pagaban US $250,000 por la experiencia, sabiendo que participaban en una expedición en un vehículo experimental y no certificado, lo que implicaba riesgos considerables.
Tras 80 horas de intensa búsqueda por parte de equipos internacionales, se descubrieron escombros del Titán a 488 metros de la proa del Titanic. Las evidencias apuntaban a una implosión del casco de presión, la cual, según datos de la Armada de los Estados Unidos, habría causado la muerte instantánea de todos los ocupantes. Se encontraron diversas partes del sumergible, pero existen informes no confirmados de restos humanos entre los escombros. Los fragmentos del Titán fueron posteriormente recuperados y llevados a San Juan de Terranova el 28 de junio para investigaciones posteriores.
El suceso ha tenido un fuerte impacto, generando debates sobre los límites éticos y de seguridad en expediciones submarinas experimentales. La tragedia del Titán resalta las vulnerabilidades y riesgos inherentes en la exploración submarina, incluso con la tecnología moderna, pero sobre todo nos hace cuestionar las bases mismas del emprendedurismo.
El «espíritu emprendedor» del CEO Stockton Rush llevó al desastre a OceanGate cuando ignoró el hecho de que su sumergible no tenía certificación internacional de calidad. Aunque el Titán tenía capacidades avanzadas, era considerado un riesgo por expertos como Rob McCallum, quien advirtió a Rush. Este, no obstante, descartó las preocupaciones, argumentando que su enfoque se basaba en la innovación e ingeniería, en contra de la «ortodoxia». La tragedia del Titán abrió debates sobre los límites éticos y de seguridad en la innovación y los riesgos asumidos por ambición y ganancias, comparando las acciones y declaraciones de Rush con las de los creadores del Titanic cuando retaron a dios a hundir el barco.
