Glynis Johns, la estrella de cine y televisión famosa por su rol de la coqueta madre de Mary Poppins en 1964, ha fallecido este jueves en Los Ángeles. Según informó su representante Mitch Clem, la ganadora de un Premio Tony murió a los 100 años por causas naturales en una residencia asistida. “Hoy es un día triste para Hollywood”, expresó Clem. “Ella es la última de las últimas del viejo Hollywood”.
Reconocida en el medio por su dedicación y perfección en su arte, Johns deja detrás una herencia de profesionalismo y versatilidad, ya que nunca se conformó con roles unidimensionales. Sus personajes debían ser polifacéticos y representarle un gran reto profesional.
“En lo que a mí respecta, no me interesa interpretar el papel en un solo nivel”, declaró a la agencia AP en 1990. “El objetivo de una actuación de primera clase es hacerla realidad. Ser real. Y tengo que darle sentido en mi propia mente para ser real”.
Uno de los triunfos más destacados en su carrera fue su actuación como Desiree Armfeldt en la producción teatral “A Little Night Music”, que le valió un Premio Tony en 1973. Este papel se convirtió en un hito cuando el compositor Stephen Sondheim escribió la pieza “Send in the Clowns” específicamente para su característica voz ronca. Curiosamente, aunque su interpretación dejó una huella indeleble en el teatro, fue Elizabeth Taylor quien terminó desempeñando su rol en la adaptación cinematográfica de 1977.
“Me han escrito otras canciones, pero ninguna así”, dijo la actriz a la AP en 1990. “Es el mayor regalo que me han hecho en el teatro”.
En su extensa y variada carrera, también brilló en la pantalla grande como Winifred Banks, la madre sufragista en “Mary Poppins”, la clásica cinta que dio a conocer a la actriz Julie Andrews, quien fue su hija en la ficción. Johns también tuvo la oportunidad de dar rienda suelta a su talento musical en la película cantando la emocionante melodía “Sister Suffragette”.
Además, protagonizó en 1989 el regreso triunfal a Broadway de la comedia romántica “El círculo” de W. Somerset Maugham, donde compartió escenarios con figuras como Rex Harrison y Stewart Granger, en una trama sobre el matrimonio y la fidelidad.
Glynis ha manifestado su amor por el teatro en múltiples ocasiones. “Me he retirado muchas veces. Mi vida personal se ha antepuesto a mi trabajo. El teatro es sólo una parte de mi vida. Probablemente utiliza mi mayor sentido de la inteligencia, así que por eso tengo que volver a él, para darme cuenta de que tengo talento. No soy tan buena haciendo otra cosa”.
Johns también destacó en “The Sundowners” (1960) al lado de Deborah Kerr y Robert Mitchum, donde fue nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto. A pesar de no ganar el premio, su actuación fue inolvidable.
Su legado en la actuación provenía de una familia de trayectoria teatral, siendo la cuarta generación de actores ingleses, lo cual reflejó desde su nacimiento en Pretoria, Sudáfrica, donde sus padres estaban de gira.
Se inició en el baile con apenas 12 años y a sus 14 tomó los escenarios del West End londinense como actriz. Su papel en “Miranda” (1948) como una sirena encantadora la catapultó a la fama. Este rol capitalizó su formación como bailarina, permitiéndole encarnar con naturalidad a la criatura mitológica.
“Era toda una atleta, mis músculos estaban fuertes de tanto bailar, así que la cola me iba bien; nadaba como una marsopa”, declaró a Newsday en 1998.
Su presencia también se destacó en la televisión, con su propio show en 1963, “Glynis”. Johns, quien vivió en distintas partes del mundo y cuyo legado personal incluye cuatro matrimonios y un hijo, tuvo su última aparición notable fue en 1998 en “Un ataúd en Egipto”, dirigida por Horton Foote.